A pesar de que para portátil, Sega ya había sacado varios Sonic en 2D que habían funcionado muy bien después de sus numerados en sobremesa y que ‘el gran batacazo’ se lo había pegado al probar suerte con el 3D y que no satisfaciera al público fan del erizo de toda la vida, debemos decir que si bien Sonic Colours para DS es bastante 2D, también engloba partes en 3D, y es que el porcentaje dimensional es justo el contrario al que hay en su versión de Wii –recientemente analizada aquí en SavePoint-.
Sonic Colours para DS tiene la misma historia que en Wii, clavada en realidad, pero el estilo de juego y sus apartados técnicos son claramente diferentes por lo que en realidad es una experiencia completamente diferente a la que se siente al jugar en la hermanita mayor de la pequeña de dos pantallas.
Su nombre tiene mucho sentido, los colores son la clave.
El Doctor Eggman crea un parque de atracciones diciendo que se ha reformado y que ya no es malo, pero Sonic, que no se fía, se pasa por allí y no tarda en darse cuenta de que quiere hacerse con el poder de los Wisps, unos alien de colores que dependiendo de su color tendrá un poder u otro.
Estos Wisps, para ayudar a sus compañeros secuestrados y tratar de evitar que el villano habitual en esta saga les de caza, le cederán de manera temporal a Sonic sus poderes, haciendo que éste avance en su lucha contra su archienemigo.
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