(Análisis) Higurashi no naku koro ni kai

Tras haber analizado en su día Higurashi no naku koro ni (ひぐらしのく頃に) que se compone de los cuatro primeros capítulos de la historia y que vienen siendo los cuatro arcos primeros de preguntas -con una duración de más de 20 horas de lectura siendo rapiditos-, hoy venimos con el de la segunda parte de la historia de Ryukishi 07 en su querida y ficticia Hinamizawa, ya que vamos a hablaros de los arcos de respuesta, vendidos como segundo juego en Europa bajo el nombre de Higurashi no naku koro ni Kai (ひぐらしのく頃に解). Queremos deciros también que los ochos capítulos se vendieron en su día de manera individual en Japón, llevándose el propio autor cada uno de los juegos para un salón de manga diferente (comiket) de los dos anuales que se celebran en Tokyo, por lo que aquí no está tan mal que se haya dividido en preguntas por un lado y respuestas por el otro.

De Higurashi ha habido un montón de cosas, novelas ligeras tras el éxito de los juegos de PC, conversiones a distintas consolas o incluso para iOS cambiándose algunos arcos o metiendo alguno de relleno… e incluso han salido un par de mangas en la revista Shounen Gangan de Square-Enix y tres series de animación, llamándose éstas: Higurashi no naku koro ni, Higurashi no naku koro ni Kai y Higurashi no naku koro ni Rei, adaptando de las novelas visuales, pero recortando tanto que en algunos casos quedan lagunas tan grandes que uno no llega a tener las respuestas que quería ni logra comprender cómo va el síndrome de Hinamizawa ni si existe realmente Oyashiro-sama, la entidad a la que todos dicen temer.

Y llegó la hora de las respuestas.

Higurashi no es un una visual novel, sino una sound novel. Puede parecer tontería del autor, pero una vez que uno se pone a ello se da cuenta de la gran diferencia. Mientras que en el primero de los casos tenemos rutas varias y hacemos algo más que leer (como por ejemplo en Analogue: A Hate Story, My Girlfriend is the Presindent o Crescendo) en el segundo caso estamos simplemente delante de un libro con su propia banda sonora. No es un audiolibro porque no tiene voces (aunque podría tenerlas), es simplemente una historia original acompañada de imágenes y dibujos (feos y con muñones por todos lados en cuanto a esta obra en concreto) en la que el autor decide por nosotros qué tipo de música le pega a cada escena para darle ambiente y lo hace de una forma que queda todo mucho más fusionado que en cualquiera de las obras del primer grupo expuesto, es decir, de las visual novel. Nosotros, como jugadores, tenemos poco que hacer, incluso el propio Ryukishi 07 bromea con ello diciendo que le parece bien que haya quienes digan que solo somos lectores y que no hay juego por ninguna parte, pero él dentro de esto explica por qué no comparte esa opinión aunque la respete.

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