(Análisis) Pac-Man Championship Edition DX

La mascota de Namco Bandai, Pac-Man, cumple 30 años y es por ello que este año han estado saliendo varios juegos protagonizados por este comecocos donde tan pronto corría aventuras y realizaba una serie de minijuegos como volvía a sus orígenes haciendo lo que mejor se le da y aquello por lo que nació, devorar fantasmas.

En Pac-Man Championship Edition DX sufriremos una pequeña regresión a 1980 cuando Toru Iwatani creaba algo único y completamente adictivo, algo que nadie -hasta la fecha- podría reconvertir de otra manera para hacer un juego diferente a partir del concepto original y su divertido estilo.

Clásico y moderno a la vez

En esta nueva revisión del título clásico, ya disponible en formato digital para Xbox 360 y PS3, nos encontraremos con que nada ha cambiado. Volveremos a ser Pac-Man, seguiremos huyendo de unos fantasmas demoniacos mientras devoramos pastillitas sin parar y, en ocasiones, tendremos un poder de tiempo limitado tras comernos una pastilla más luminosa y gorda de lo normal, gracias a la cual ahora seremos nosotros los que persigamos a los enemigos y no los perseguidos.

Sin embargo, al mismo tiempo hay aspectos que se han modernizado. Para empezar, podremos cambiar todo el entorno visual haciendo que los fondos sean de una manera o de otra, haciendo que sean incluso bidimensionales o tridimensionales y teniendo también la posibilidad de meterle distintos tonos de colores según lo que nos agrade más o nos vaya a resultar más cómodo en nuestra partida. Pero es que incluso podemos cambiar los muñecos para que tengan un diseño u otro, siendo posible también el verlos en dos dimensiones o tres y teniendo tonos más claros u oscuros, con perfilado o sin él, según si queremos un acabado final más clásico y ochentero o mucho más actual o de siglo XXI.

Una respuesta a “(Análisis) Pac-Man Championship Edition DX”

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.