Este verano ha salido a la venta Sonicomi: Communication with Sonico (de ahora en adelante ‘Sonicomi’) una visual novel para PC que podréis encontrar desde la tienda de JAST USA y Steam. Sonicomi es una visual novel sobre Sonico, la mascota de Nitroplus a la que hemos podido ver también por ejemplo dentro de Nitroplus Blasterz Heroines Infinite Duel o que incluso cuenta con su propia serie de anime, aunque ésta no está licenciada en España.
En Sonicomi nos meteremos en la piel de un fotógrafo que sueña con hacerse un grande dentro del terreno profesional, pero que hasta ahora tan solo era un ayudante en una pequeña empresa, hasta que un buen día, al poco de conocer a una chica que le volvió loco, su jefe le dice que tiene un encargo para él, ocuparse de la carrera de una estudiante universitaria tímida y bonita que desea hacerse hueco en el mundo del gravure.
Como podríamos imaginar ya solo con el título del juego, y más aún ya al saber que seremos el fotógrafo personal de una idol que decide serlo de algo tan íntimo como el gravure, donde estará con muy poca ropa si es necesario y poniendo poses sugerentes, la comunicación entre nosotros y Sonico será esencial para que el trabajo de ambos prospere.
Sonicomi es una visual novel en la que no solo leeremos y tomaremos decisiones en algunas ocasiones, sino que también elegiremos el atuendo de Sonico para cada nueva sesión de fotos que realizaremos con ella, tomando papel activo con teclado y ratón y necesitando de espacio físico para ello, ya que lo suyo es que tengamos un escritorio y un ratón que se mueva bien si no queremos andar rompiendo el combo e incluso obteniendo un «game over» tras otro por no haber podido hacer las fotos bien por estar desde un portátil tirados en el sofá o en la cama. Sin las sesiones de fotografías, obviamente, la historia no avanza, de modo que no es posible tomárselo como una visual novel de simplemente ir haciendo click, así que si no tenéis un ordenador de sobremesa o un ratón añadido al portátil y un escritorio o mesa donde jugar, podríais no llegar a pasear nunca con Sonico por el parque de Inokashira, donde normalmente siempre va de camino a casa, estrechando lazos con su fotografo para así confiar más entre ellos y que las sesiones sean más distendidas y los resultados mejores.
Durante las sesiones de fotos tenemos que prestar atención no solo a las exigencias y deseos de los que nos contraten para que la imagen de Sonico sea de lo más inocente, juvenil o rockera, vistiendo así de una manera u otra a la joven idol; también tendremos que prestar atención a cómo está ella, diciéndole que pose de pie, sentada, tumbada… e ir hablando con ella de vez en cuando e incluso pedirle que descanse, porque es mejor sacar algunas imágenes menos durante el tiempo que se nos da para ello que tenerla tan agotada que diga que no puede más y que nos chafe a la mitad. Todos los factores, desde si encaja con por ejemplo una marca de coches, o una cafetería, hasta el tiempo que tengamos a nuestra modelo trabajando sin descanso, harán que tengamos una mejor o peor puntuación tras las sesiones de fotos, porque esa libertad que tenemos de tener por ejemplo a la chica con un gorro de lana, un bañador y unas botas de vaquero tienen que dar resultados, de modo que es mejor que prestemos atención y no la vistamos a voleo y pensemos también en qué decorados utilizar. Por contra, tan solo tendemos que movernos de un lado a otro mediante «WASD» y poco más, para arrodillarnos, ponernos de pie, etc. ante cada disparo, teniendo una especie de juego de ritmo, al procurar siempre encajar los disparos en el momento preciso donde se nos indica, quitándonos de encima cosas técnicas de fotografía como el cambiar de objetivos o pensar en cosas como la luz, el enfoque o la apertura; aquí tan solo es buscar ángulo y disparar una vez tras otra, haciendo un combo y desbloqueando ropas y accesorios, que son tan numerosos que es imposible hacerse con todos en una sola partida, aunque como existen varios finales, siempre se puede rejugar hasta tenerlos todos, mientras vemos de nuevo como algunas marcas y personas reales aparecen en este título, como por ejemplo Mirai Suenaga, la mascota de Danny Choo, un famoso bloguero y fabricante de muñecas que vive en Tokyo y del que se habla sin tapujos en Sonicomi, aunque hay más que aparecen ligeramente modificadas.
Sonicomi ha llegado con dos pistas de voz, una es la original en japonés con el doblaje de Ayano Yamamoto (Naho Saenoki en Corpse Party) y la otra es una en inglés con Jessica Nigri. Esto de los dos doblajes es una ventaja, porque así se cubren los gustos de aquellos que, por la razón que sea, prefieran escuchar a Sonico en inglés (normalmente por ser su idioma materno), y también de los que prefieran escucharlo en japonés, donde nosotros hemos notado muchos más tonos diferentes e increpaciones de la voz, mostrándose mejor las sensaciones de fatiga, emoción o timidez de Sonico.
Sonicomi no deja de ser una visual novel pensada para los fans de Sonico, aunque también cualquiera podría hacerse uno de inmediato tras conocer a esta chica de pelo rosa tan mona, que se hace querer con su inocencia, que no está para nada enfrentada con su deseo de ser una modelo de gravure conocida mundialmente, porque mostrar sus curvas no es incompatible con ser delicada, tímida y adorable.
7,1
Conclusiones:
Sonicomi es una entretenida visual novel en la que no solo hablamos con una chica (Sonico, la mascota de Nitroplus), sino que le haremos centenares de fotos, ya que trabajará como modelo y nosotros tendremos el papel de la persona encargada de llevarla al estrellato, mientras adquirimos experiencia en nuestra carrera que justo comienza con esta bonita chica a la que acabábamos de conocer por casualidad. La variedad de trajes y accesorios, así como las referencias a marcas y personas reales pueden atrapar fácilmente al jugador, si se ha hecho a los controles de los minijuegos de fotografías, algo esencial para superar la historia, pero que tiene como contra que se necesita espacio para estar cómodo moviendo el ratón sobre una superficie lisa y hacerse a unos controles algo peculiares, sin que se nos permita utilizar un teclado; algo que no suele ocurrir en el género, ya que suele bastar con estar con el portátil haciendo click para leer la historia.