The Walking Dead es la tercera gran obra de Telltale Games, una aventura gráfica cargada de tensión ambientada e inspirada en el desolador apocalipsis zombie que recogen los cómics de Robert Kirkman y Tony Moore, y donde el jugador es mucho más que un mero espectador.
Con este juego, Telltale Games da un importante paso hacia adelante en su breve trayectoria. La compañía compuesta por varios de los ex de LucasArts, allá por el año 2004, nació con una filosofía poco frecuente en el mundo de los videojuegos: la apuesta por los juegos por episodios y de aventura gráfica.
De aquella decisión surgieron historias como la que dio continuidad a un Sam & Max a la que LucasArts decidió dar carpetazo, o Monkey Island, justo antes de dar el salto a las grandes producciones cinematográficas de la mano de Universal Studios con Regreso al Futuro y Jurassic Park. Pasos necesarios hasta llegar a The Walking Dead, una historia que logra transmitir el dramatismo y la tensión de un mundo infestado por ‘caminantes’ con cada difícil decisión que tomamos.
El mundo ya no es lo que era
Telltale se hizo con la licencia de los cómics de Robert Kirkman y Tony Moore, en los que se inspira la famosa serie de televisión, para crear una precuela cargada de fuerza y sentimientos enfrentados que gira en torno a Lee Everett. Lee va camino de prisión por haber asesinado al hombre que se acostaba con su esposa cuando el coche de policía en el que viaja sufre un accidente.
Gracias a eso, Lee consigue escapar, aunque a partir de aquí comienza un viaje por el que deberá abrirse paso luchando contra los no muertos. No tardará en encontrar a Clementine, una niña encantadora e inteligente sobre la que recae una parte importante de la trama y a quien tendrá que proteger de un mundo muy distinto al que solía ser.
Drama, acción y decisiones, muchas decisiones
A diferencia de otras aventuras gráficas, The Walking Dead deja los puzles a un lado. No es que desaparezcan, puesto que a lo largo de los cinco episodios del juego tendremos que enfrentarnos a ellos. Pero el verdadero objetivo de Telltale es hacernos vivir e incluso sufrir esta historia.
El jugador desempeña un papel muy importante y de sus actos dependerá bajo qué circunstancias se desarrolla el hilo argumental del videojuego. Conforme profundicemos en la trama, descubriremos más detalles acerca del pasado de Lee, tendremos que decidir cuándo ser sincero y cuándo ocultar la verdad, y lo que es más importante aún, lidiar con algunos humanos a los que este ambiente apocalíptico ha cambiado por completo.
The Walking Dead nos pondrá en aprietos constantemente, tanto a través de decisiones difíciles, e incluso crueles, como con el escaso tiempo que tendremos para decidirnos. Así es como Telltale inyecta de ritmo y tensión a un juego donde todo tiene consecuencias, hasta no hacer nada, y de ello dependerá la confianza y la estabilidad de quienes te rodean. Un vínculo frágil y en constante peligro.
Tampoco faltan las dosis de acción. De hecho, en determinadas situaciones límite, la habilidad del jugador marcará la diferencia entre sobrevivir y ser devorado por los zombies. Aquí es donde entra en juego el buen criterio de los desarrolladores a la hora de usar el ratón o el teclado.
A lo largo del juego, habrá situaciones en las que tendremos unos segundos para buscar algo que nos quite de encima al zombie, pero en otras, tendremos que repetir secuencias con el ratón o aporrear botones del teclado para salvar el pellejo. Momentos que nos pondrán de los nervios para recalcar el buen trabajo de Telltale Games en este aspecto.
Con tanto detalle bien pulido, lo que se echa en falta es que las decisiones lo cambien todo por completo. Aunque ya dijimos uno de los puntos fuertes de The Walking Dead es que nuestras decisiones cambian los acontecimientos, éstas nunca afectarán trascendentalmente a la trama fundamental.
En otras palabras, que mientras los aspectos secundarios cambian, la estructura principal se mantiene intacta. De hecho, algunas de las elecciones que tomemos tendrán como consecuencia el mismo desenlace, aunque con matices claramente diferentes.
Algo que, después de guiarnos a través de difíciles decisiones, nos deja un poco con la miel en los labios. Poder cambiar esa estructura principal habría supuesto la guinda al pastel y por lo tanto, no poder hacerlo decepciona. Pero que el árbol tampoco nos impida ver el bosque. La manera en la que nuestras elecciones se entrelazan con la historia es algo muy fluido y bien conseguido en The Walking Dead.
Grandísimo juego.
De mis favoritos de este año/del año pasado. ^_^