Estamos acostumbrados a ver RPGs en los que el objetivo final es salvar al mundo de algún villano o deidad ancestral. La saga Atelier, sin embargo, y a pesar de ser una saga puramente RPG, no sigue estas directrices. Porque os lo aseguro, ¿hornear tartas de piedra filosofal? Sí, en Rorona podíamos hacerlo. ¿Pero eso de salvar al mundo? Va a ser que no.
Y precisamente ahí está la gracia. Atelier Ayesha no cuenta una épica de aventureros curtidos en mil batallas que deben derrotar a un gran mal para devolver la paz al mundo. La saga Atelier, y por extensión Ayesha, nos pone en la piel de una joven alquimista, que por una razón u otra debe encargarse del oficio y aprender por el camino. No hay épica aquí, pero hay miles de situaciones cómicas, y una buena tanda de personajes interesantes con los que aderezar la historia.
Tras la llegada de la trilogía de Arland (Atelier Rorona, Totori y Meruru) a PS Vita le llega ahora el turno a la trilogía de Dusk (Atelier Ayesha, Escha & Logy y Shallie). Ya analizamos en su día Atelier Ayesha para PS3, pero hoy volvemos a visitar el mundo de Dusk en Atelier Ayesha plus ~Alchemist of Dusk~ (アーシャのアトリエPlus 〜黄昏の大地の錬金術士〜 ) , juego al que se le han hecho algunos cambios desde entonces.
La Alquimista del Ocaso
La historia es la misma que en el título de PS3. Ayesha es una joven boticaria que vive a los pies de un grandioso jardín abandonado, en una pequeña cabaña desde la que se dedica a crear remedios. En esa misteriosa ruina desapareció su hermana pequeña Nio hace tres años, y desde entonces Ayesha ha intentado buscarla sin éxito por toda la zona. Un día, tras visitar la tumba falsa de su hermana que ha colocado en el centro del edificio, ve cómo Nio se aparece ante ella, en forma de fantasma. Tras intentar comunicarse con ella sin éxito, y ver cómo desaparece una vez más, Ayesha conoce a Keithgriff, un misterioso anciano que le ordena aprender los secretos de la alquimia si de verdad quiere reencontrarse con su hermana perdida. No tiene más pistas que unas flores que emiten un brillo tenue, pero deja su pequeña cabaña y se va de viaje. Es durante este viaje cuando Ayesha conoce a la gente peculiar de Dusk, como a la aprendiz de maga Willbel o a las oficiales de otro país Marion y Linca. Cada uno de los 8 personajes tiene una historia distinta, que se entrecruza con la de Ayesha en distintos momentos, permitiéndonos llevar en nuestra party a distintos combatientes, cada uno con pros y contras. Alguno de ellos cae en los tópicos (un bardo errante, una joven aprendiz de maga, una guardaespaldas muy bruta, etc…), pero sus historias bien merecen la pena, y son en su mayoría un añadido muy agradecido al título.
Explorando el mundo.
Ayesha plus nos pone en un constante juego contra el tiempo. Tenemos tres años para descubrir
la causa de la desaparición de Nio, y de no lograrlo el final de la aventura será bastante distinto al que debería. A esto se suman los distintos eventos de los personajes secundarios, que también influirán en el final de la aventura si nos decidimos a seguirlos. Estos 3 años pasan tras cada acción de Ayesha, creando un satisfactorio ciclo de juego: Movernos por el mapa, recolectar materiales, sintetizar, y repetir. En ningún momento se hace pesado, y durante el viaje recorreremos localizaciones distintas y únicas, lo
cual añade a la sensación de exploración. Mares de sal, antiguas bibliotecas con conocimientos ya perdidos, minas, cuevas, fábricas hechas de cristal. Miles de ejemplos que sacan a relucir la belleza del mundo de Dusk, que puede presumir de una dirección artística preciosa. En estas localizaciones nos dedicaremos a recoger materiales y luchar contra distintos enemigos, ganando también niveles de aventura con los que nos iremos haciendo más fuertes. Es quizás el apartado del juego más parecido al de un RPG típico; Combates por turnos, barras de HP y MP con las que lanzar distintas habilidades y un sistema de objetos sólo disponible para Ayesha que se complementa a las mil maravillas con la Alquimia. Esto no significa que los combates sean calcados de otros RPGs, a nuestra disposición (como ya ocurría en otras entregas de la saga), tenemos una barra de apoyo, que al cargarse nos permite usar acciones especiales durante el combate; como proteger a amigos, movernos para atacar al enemigo por la espalda (lo cual hace más daño), o simplemente barrer el mapa con un ataque en área.
La Alquimia es la clave.
La Alquimia, por su parte, es lo que hace al juego ser lo que es. Con esos materiales que hemos ido recolectando por los distintos mapas podemos crear cientos de objetos, casi 300, con distintos efectos para las batallas. Sí, es cierto, la mayoría son objetos para crear cosas más grandes, o simples objetos inservibles con los que cumplir las misiones opcionales del juego, propuestas como peticiones de los aldeanos de las distintas ciudades. Sin embargo, hay una gran cantidad de objetos que sí podemos utilizar en los combates; objetos de curación, de ataque, accesorios, materiales con los que mejorar nuestras armas, etc… La Alquimia, que sube de nivel cuando creamos un objeto, es importante para continuar con eventos de la historia, así que merece la pena también dejar a un lado la aventura para sintetizar en las ciudades. No solo nos ayudará a ser más efectivos en combate, también podremos gracias a ella ver distintos eventos especiales por el mapa o conversaciones con los personajes. Y lo mejor de todo es que es un sistema divertido. No nos limitamos únicamente a lanzar objetos a un caldero siguiendo una receta, si de verdad queremos hacer objetos de calidad, que nos sean más útiles, más nos vale aprender a usar de un modo correcto todas las habilidades de alquimia de Ayesha, por no hablar ya de elegir los elementos correctos. No es un sistema especialmente difícil, pero sí que hace falta tomarse su tiempo para comprenderlo si queremos sacarle un buen provecho. Y más nos vale, porque aquí no se pueden comprar armas ni armaduras, todo depende de nuestra pericia a la hora de sintetizar. Todo esto también hará pasar los días del calendario, así que tenemos que compaginarlo con la exploración y los combates de la mejor forma posible.
Siempre bajo presión.
Los eventos especiales también ocurren dependiendo del mes en el que nos encontremos. Hay miles de ejemplos pero por ejemplo el Bazar, en el que se encuentran objetos raros, sólo está disponible en la ciudad principal a mediados de mes. En definitiva, lo que os hemos ido diciendo, compaginar la alquimia con la exploración e ir planeando qué hacer y cuando para que no se nos pasen plazos de entrega y demás eventos. La buena noticia es que no hace falta realmente estar tan pendiente del reloj, el que escribe estas líneas terminó la aventura con tiempo de sobra durante el segundo año, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles.
Lamentablemente Ayesha plus tiene un gran problema con el que no teníamos que lidiar en PS3. Y es que esta
versión de vita es increíblemente preciosa, en ocasiones juraríamos que incluso más que su hermana mayor, pero esto tiene un coste muy alto: el framerate. No vamos a andarnos con rodeos, el framerate de Ayesha plus es malo. Muy malo. Depende mucho de la zona en la que nos encontremos (por lo general ciudades, Ateliers, y mapas pequeños, van de lujo), pero el juego se cae constantemente de sus 30 frames por segundo. En algunas zonas es increíblemente horrible, con casi medio segundo de lag en combate cuando introducimos una acción. Puede parecer poco, pero sumad unas 4 o 5 acciones para terminar el enfrentamiento y llegamos a los 2 segundos por combate. Sin contar con los tiempos de carga, que si bien no son gigantescos, ni mucho menos, si que son lo suficientemente largos como para ser molestos en según qué ocasiones. Lo bueno es que Ayesha plus es un juego que hay que tomarse con calma, no es un juego de lucha en el que tengamos que estar constantemente atentos y el lag nos pueda fastidiar la partida, ni un RPG con un sistema de combate en tiempo real que tenga el mismo problema. Estos problemas de framerate son muy molestos, pero afectan a la jugabilidad poco o nada. Nos hubiese encantado que fuera perfecto en este aspecto, pero lamentablemente no ha podido ser.
El «plus» de Ayesha.
Pero ayesha plus es una versión extendida de Ayesha, ¿qué introduce al título de Ps3? Para empezar, contamos ya de entrada con casi todos los DLCs de PS3, lo cual siempre es de agradecer. Se ha añadido la opción de cambiar el doblaje por el original japonés, pudiendo evitar las voces inglesas (a las que dimos mucha caña en su día) en cualquier momento entrando a opciones. Se han añadido también trajes nuevos para Ayesha, que puede cambiar de vestimenta en cualquier Atelier del mundo. Y como no podía ser de otra forma, también podemos experimentar nuevos eventos y luchar contra nuevos enemigos, incluido un superjefe opcional venido de Escha & Logy, la secuela. A esto se suma la posibilidad de cambiar de miembros de equipo en cualquier momento y la inclusión de un modo de dificultad más elevado.
7,8
Conclusiones:
Dejad las historias épicas a un lado. Ayesha nos pone en la piel de una joven alquimista que va en busca de su hermana desaparecida. No es una aventura épica, pero ni mucho menos es una aburrida o que no merezca la pena experimentar. El mundo de Dusk está llenito de personajes interesantes, y su belleza sigue presente igual, o mejor, que cuando Ayesha llegó a Ps3. El paso del tiempo sigue siendo un factor clave, pero igual que antes no hace falta estar continuamente preocupándose por él. ¿El secreto? Compaginar la exploración y la aventura con el sistema alquímico. Ambos son igual de importantes, igual de divertidos, y tan distintos uno del otro como podéis imaginaros. ¿Nunca has jugado a un Atelier? Pues es perfecto para iniciarse.
Y si ya tienes la versión de PS3, hacerte con Plus es cuestión únicamente de gustos; DLCs incluidos, doblaje japonés opcional, nuevos enemigos, eventos, objetos y trajes para Ayesha, todo a cambio de un framerate y tiempos de carga mucho peores, lamentablemente. Sigue, de todos modos, siendo un juego excepcional.
2 Respuestas a “[Análisis] Atelier Ayesha Plus ~Alchemist of Dusk~”