Los alemanes de Shin’en Multimedia no son unos novatos en el mundillo, a pesar del poco conocimiento que se tiene de ellos – tristemente – en el panorama jugón. De este estudio europeo han salido pequeñas joyitas de Wii U como Nano Assault Neo o Art of Balance – el cual analizamos en esta casa cuando se puso a la venta – o Fast Racing League en Wii, un juego de carreras que bebía de clásicos como F-Zero o Wipeout para traernos las carreras rápidas a la blanquita de Nintendo. Tan satisfactorio debió ser este experimento para los chicos de Shin’en que se han decidido a lanzar ahora en Wii U una secuela que expande con muy buen gusto todo lo visto en el original.
En Fast Racing NEO se nos propone… pues eso, carreras a toda velocidad por circuitos con miles de loopings, saltos, tramos cerrados y abiertos al compás de una banda sonora electrónica que, como decimos, se basa en clásicos del género. Esto no significa que el título de Shin’en sea un calco cerrado de Wipeout o F-Zero, pues sabe introducir un par de mecánicas a bordo que lo distinguen de estas comparaciones; la más importante de todas, el cambio de polaridad. Al ya de por sí complicado menester de mantener la velocidad endiablada por los circuitos mientras esquivamos obstáculos y vehículos rivales se añade la posibilidad de cambiar el color de nuestro vehículo pulsando un botón, lo cual nos ayudará durante la carrera de diversas formas. La idea es simple; si vemos una pista de velocidad roja, deberemos pasar por ella siendo de dicho color. Si vemos una rampa de salto azul, tendremos que cambiar a este color para poder aprovecharnos de su impulso y acceder a atajos, nuevas zonas o, directamente, no acabar con el coche destrozado en la cuneta. Si pasamos por alguna de estas zonas coloreadas llevando la polaridad opuesta nos encontraremos con la sorpresa de reducir nuestra velocidad una barbaridad, lo cual tiene un componente estratégico importante, ya que es posible lanzar al resto de conductores a estos pasajes para fastidiarles un poco el día. Estos cambios de polaridad son una de las mecánicas clave del título, implementada de una forma muy satisfactoria que nos hace estar atentos durante toda la carrera, no solo en curvas o tramos sinuosos como en otros juegos del género.
A todo esto hay que sumar, como no, la inclusión de un turbo. Este turbo, por supuesto, hará que la ya de por sí endiablada velocidad de nuestro bólido aumente de forma exponencial, lanzándonos a toda velocidad por el circuito para poder alcanzar o dejar aún más atrás a todos nuestros rivales. Es posible además arrollar al resto de conductores con este boost, pudiendo desplazarlos o dejarlos rodando en el sitio durante un par de segundillos para sacarles aún más ventaja. El componente estratégico es vital aquí; desde poder lanzar a enemigos a paneles con polaridad opuesta a dirigirlos hacia obstáculos del terreno o, directamente, lanzarlos fuera de la pista. Os hará falta en el modo online y en las dificultades más altas del modo campeonato para un jugador, donde la competición es realmente feroz. El juego en línea funciona bien, sin muchas florituras, y aunque hemos experimentado algún problema de lag en según qué carreras, han sido casos muy puntuales que no han afectado en mucho a nuestra experiencia jugando. Dentro del título se incluyen dieciséis pistas, divididas en cuatro copas, un modo campeonato y un modo online, a los que acompañan el modo contrareloj y un bestial modo héroe. Este último modo habrá que desbloquearlo, pero nos propone un desafío brutal; la obligación de quedar siempre primeros y de no chocarnos contra nada en el circuito.
A nivel técnico Fast Racing NEO cumple de forma magnífica; 60 fps estables y un nivel gráfico buenísimo que se ve empañado de vez en cuando por texturas un poco chapuceras – sobre todo cuando nos chocamos contra algún obstáculo o nos salimos de la pista.
8
Conclusiones:
Fast Racing NEO es una apuesta segura para los amantes de los juegos de carreras, y en especial para todo aquel que quiera quitarse el gusanillo de un buen F-Zero o un Wipeout. NEO, sin embargo, es mucho más que un simple reemplazo; es un juego de carreras con todas las letras que sabe hacer algo único e interesante manteniendo una calidad gráfica y jugable espectacular en todo momento. Toda una delicia para los amantes de la conducción.