Lo mismo ocurre con los enemigos, para bien o para mal. Los humanos tienen una puntería sobrenatural, alcanzándonos apenas asomemos la cabeza, disparando a través de obstáculos (lo que convierte en inútil cubrirse con objetos del entorno que no sean paredes) o utilizando escopetas con un alcance propio de un rifle de francotirador. Por su parte, los xenomorfos muchas veces correrán como pollos sin cabeza, aunque en otras serán implacables máquinas de matar, ya sea escupiéndonos ácido desde kilómetros de distancia o rodeándonos a millares.
Aliens: Colonial Marines podría haberse aprovechado muy bien de la idiosincrasia de la saga, ofreciéndonos un juego tenso en el que tengamos que depender mucho del sensor de movimiento para detectar a nuestros enemigos escondidos a la vista y convirtiendo de esta manera a los xenomorfos en los terribles depredadores que conocemos. Sin embargo, acaban siendo mera carne de cañón, sin utilizar apenas su potencial excepto en los Acechadores, que se esconderán y nos intentarán atacar por la espalda.
Lo cierto es que, a pesar de todos los fallos, hay algunos momentos en los que podemos disfrutar de Aliens: Colonial Marines como un título normalucho, un FPS del montón, pero entretenido. Acaba muy lastrado por la poquísima variedad de situaciones, siendo tiroteo tras tiroteo sin nada que le añada algo de originalidad. Existe una fase de sigilo que rompe el ritmo de forma agradable pero que se acaba alargando demasiado.
El juego ofrece un sistema de rangos con el que iremos ascendiendo completando misiones y desafíos secundarios, así como recogiendo coleccionables (chapas, grabaciones y armas especiales), otorgándonos puntos con el que mejorar nuestras armas, una idea curiosa y atractiva que finalmente apenas se explota, con poco nivel de personalización. La campaña principal dura unas 8 horas en su dificultad media (poco exigente) y existe la posibilidad de completarla en modo cooperativo online con hasta cuatro jugadores.
En lo que respecta al multijugador competitivo, contaremos con cuatro modos: Batalla (todos contra todos), Exterminio (activar bombas para destruir huevos de xenomorfo en 6 contra 6), Escapada (huir de un territorio infestado de xenomorfos en 4 contra 4) y Supervivencia (sobrevivir a oleadas de enemigos 4 contra 4). Lo característico de estos modos es que no sólo podremos controlar a humanos, sino también a xenomorfos.
Mientras que los marines se manejan como al protagonista de la campaña principal, los xenomorfos tienen un sistema totalmente diferente. Se controlan en tercera persona, son mucho más rápidos, pueden subir a paredes y techos y cuentan con un sónar que detecta a los enemigos a través de las paredes. Además podremos elegir entre tres clases: Soldado (especialistas en ataque cuerpo a cuerpo), Salivadores (ataque a distancia con ácido) y Acechadores (especializados en sigilo).
Ese cambio favorece que el multijugador sea algo entretenido, pues el uso de los xenomorfos necesita de tiempo para dominarlo con maestría, estando cada facción equilibrada adecuadamente para que no rompa la experiencia de juego. Los modos, aunque no son excesivamente originales, cumplen su cometido y nos otorgan puntos para subir nuestro rango y cambiar la apariencia de nuestros personajes.
Completando los contenidos del juego, existen varios DLCs: Hipersueño Interrumpido, una misión adicional que sirve de puente entre Aliens y Alien 3; Pack Mapas de la Película, con cuatro localizaciones de las tres primeros largometrajes de Alien; Pack Reconocimiento, con cuatro nuevos mapas multijugador; y Pack Caza de Bichos, que ofrece un nuevo modo de juego cooperativo.
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Conclusiones:
Aliens: Colonial Marines es un juego que parece a medio hacer, con un apartado gráfico desfasado y poco atractivo, una jugabilidad torpe y un desarrollo plano y aburrido. En sus mejores momentos no pasa de un FPS normalucho y sin nada nuevo que ofrecer al género. Su mala fama es merecida y ni siquiera los auténticos aficionados a la saga Alien, a pesar de todas las referencias, podrán disfrutar mucho de él.
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