(Análisis) Atelier Meruru

Meruru no está muy convencida...

Los diseños de Mel Kishida vuelven a deslumbrarnos con su belleza y es que la estética de los personajes así como sus ropas y la expresividad que tienen atrapan con fuerza al jugador y ayudan bastante a que uno quiera seguir adelante. No es solo el dibujo en sí, el trazado, sino que los colores con tonos pastel son verdaderamente bonitos y pegan estupendamente con una historia dulce en la que no hay un malo que quiera conquistar el mundo y lo más que haremos será cambiar un poco el ecosistema de manera local, para después volver a arreglar todo como estaba. Las animaciones en cell-shading son también estupendas, de modo que no podemos pensar más que una cosa: en Gust les gusta que las cosas entren por los ojos, y así es como se hacen un hueco con sus proyectos de primeras, y luego ya cuando uno los prueba, ve que le calan otras cosas más.

Meruru alquimizando objetos.

La música es bastante variada. La hay más movida, más lenta… pero todo muy parecido y acorde a lo mostrado en los anteriores títulos. Sin embargo, la canción que más nos ha llamado la atención es una que salta cuando estamos en batallas especialmente difíciles y que es todo un himno a Meruru con una música y una letra propias del género de las magical girl.

En cuanto al doblaje, tenemos las voces en inglés o las originales en japonés, es decir, que hay para todos los gustos, tanto los que prefieren el doblaje nativo como los que prefieren oirlo en un idioma que les sea mucho más familiar y que, a fin de cuentas, es el que se encontrarán en los subtítulos al no venirnos el juego traducido al castellano, como suele pasar con todos estos títulos tan minoritarios que o llegan en inglés, o directamente nos quedamos sin ellos.

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