[Análisis] BurgerTime Party

Así como hay series de juegos de las que no tardamos en recibir nuevas entregas (de algunas incluso en exceso, pues tenemos citas anuales con apenas cambios o mejoras palpables), no es así en el caso de BurgerTime, ya que desde el anterior juego (BurgerTime World Tour) hemos tenido que esperar la friolera de ocho años, pues se lanzó en 2011 para sistemas de la anterior generación.

Ahora, en pleno 2019, nos ha llegado para Nintendo Switch el título BurgerTime Party que nos invita, una vez más, a hacer hamburguesas en un entorno repleto de más peligros que aquellos a los que ningún trabajador de una hamburguesería se fuera a enfrentar jamás, o casi, porque en ambos casos hay atropellos; aunque en la vida real los ingredientes no tienen vida propia… ¿o sí? Que todos hemos oído historias que hablan sobre insectos, mamíferos de cloaca o esos bichos que podrían sobrevivir a una bomba nuclear. En cualquier caso, os ofrecemos nuestro análisis sobre este juego arcade que se pone hoy mismo a la venta en formato digital a un precio de 19,99 euros.

La premisa de BurgerTime Party es exactamente la misma que lleva teniendo a lo largo de su vida desde hace 37 años. Tendremos que hacer hamburguesas moviéndonos por un escenario repleto de plataformas, ya que los ingredientes están desperdigados por el nivel, mientras que los platos esperan abajo a ser rellenados en orden. Es poco higiénico que nuestro protagonista pise los ingredientes y que estos vayan cayendo al plato orden, dando lugar a creaciones suculentas para las que incluso termina habiendo una presentación como la que se curran los cocineros profesionales con su propio espacio en la parrilla televisiva.

Si simplemente paseándonos por ahí lográsemos nuestro cometido, estaríamos ante uno de los grandes aburrimientos de la historia de la industria, donde muchos pelean por llegar a lo más alto, disfrazados de «experiencias». No obstante, en BurgerTime Party no pasearemos a nuestras anchas sin más, sino que habrá enemigos que querrán venganza por cómo los panes, carne, lechuga o queso terminan creando ese plato de origen europeo que, presumiblemente, terminará siendo engullido por alguien con tanta hambre como desconocimiento sobre el proceso de elaboración. Nuestras némesis serán huevos, pepinillos o bolsas de kétchup con ganas de privarnos de lograr nuestro objetivo. No habrá más arterias saturadas, no existirán más hamburguesas mancilladas si ellos pueden evitarlo cruzándose en nuestro camino. Para evitar que se salgan con la suya y que siga adelante el festival del colesterol con gérmenes, tendremos que buscar un camino alternativo o aturdirlas con nuestro pimentero, aunque, sin duda, lo mejor que podemos hacer si somos hábiles es aplastarlas con los propios ingredientes de nuestras hamburguesas para así quitárnoslos de en medio y, de paso, ganar más puntos, que es la meta principal del juego. Dicho de otro modo, se nos piden puntos en cada una de las pantallas (de las más de cien que existen en los distintos modos de juego) para que así se nos abra el siguiente y también para que se nos adjudiquen estrellas en función de cómo se determine que haya resultado nuestra labor.

Podemos prestarle toda nuestra dedicación en solitario u optar por echar partidas en multijugador con hasta tres amigos de manera local para que, si nos compenetramos un poco, obtengamos mejores resultados y, si no, más risas por tener aumentadas las escenas en las que alguien perece frente a un alimento enfadado. Sin importar cuál sea nuestra decisión, la variedad de niveles es bastante acertada, ya que los obstáculos se incrementan y en más de una ocasión nos tocará rehacerlo todo, especialmente si queremos sacar una buena puntuación, cosa que podría importarnos más dentro del apartado de desafíos, unido a una tabla clasificatoria online con la que medirnos los egos con otros intrépidos chefs de cocina de altura, que no de alta cocina, ya que lo que hacemos es subirnos a tarimas, pero ni hacemos platos elaborados de los que sentirnos orgullosos ni los procedimientos son los adecuados.

8

Conclusiones:

BurgerTime Party es un juego entretenido al que podemos dedicar tan solo unos minutos para pasarnos un par de pantallas, si no contamos con más tiempo, o bien echar la tarde entera superando niveles, creando esas hamburguesas solicitadas mientras escapamos de los ingredientes rebeldes que pretender arruinarnos los planes. Divertido, alocado y con una pizca de mala leche.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.