[Análisis] Corpse Party: Blood Drive

Tenemos ya en Europa, gracias a Marvelous, el terrorífico videojuego Corpse Party: Blood Drive, que tras Corpse Party y Corpse Party: Book of Shadows, llega con un final inesperado de los sucesos ocurridos en Heavenly Host y protagonizados por Ayumi Shinozaki y algunos compañeros de clase, junto con la profesora de inglés y la hermana pequeña de uno de ellos. Esta secuela, con la que se cierra esa historia llena de muertes y fantasmas vengativos, ha salido para PS Vita tanto en formato digital como físico, pudiéndonos hacer incluso con una edición coleccionista con varios extras.

Corpse Party: Blood Drive continúa exactamente desde donde se quedó Book of Shadows, y precisamente el último episodio de ese juego llevaba por título «Blood Drive», por lo que podría decirse que es el epílogo más largo que se ha visto jamás ya que, en contenido, es bastante más extenso que el anterior juego, encontrándonos esta vez con diez episodios en los que estaremos bastante tiempo hasta superarlos, y con unos cuantos capitulillos extras, adicionales de la historia, completamente optativos, con los que conocer mejor a algunos personajes o hechos que ocurrieron en esa escuela encantada y llena de maldad.

Corre por los pasillos del colegio.

Tras unas cuantas muertes y explicaciones necesarias en el mundo real, sobre los sucesos del Heavenly Host con ese hechizo de Sachiko y las bajas ocasionadas, y en una línea en la que se supone que aquellos que quedaron atrás, nunca estuvieron allí, salvo por los nublados recuerdos de los que viajaron a esa escuela infernal y alguna otra persona muy cercana a alguno de ellos, como dos compañeras de Naho Saenoki y algún otro personaje misterioso, se nos da la excusa para visitar, por última vez, el festival de cadáveres de ese mismo lugar que nos hizo gritar de terror, y esta vez con una ambientación aún más truculenta y que nos hará ir despacito y con el corazón en un puño, en esta aventura de exploración y puzles con toques de novela visual.

Corpse Party: Blood Drive cuenta con numerosas novedades y elementos para que se nos meta bien el miedo en el cuerpo y vayamos avanzando con tensión. Para empezar, gráficamente tenemos a los personajes en 3D y seremos poseedores de una linterna para iluminar a nuestro paso todo, lo que significa que todo estará aún más oscuro que antes y también que tendremos más trampas como cristales por los suelos, cuerdas de piano puestas a traición, charcos de sangre con tentáculos que desearían ahogarnos o zonas del suelo que se rompen y nos atrapan temporalmente, haciéndonos perder una porción de vida, al tener ahora algo de aguante a la hora de recibir golpes o cortes, hasta que, terminemos muertos por cualquier pasillo, aula o zona del colegio donde nos hayamos metido para investigar en busca del «book of shadows» del que se nos ha comentado un misterioso poder de resurrección que, aunque pudiera no ser cierto, es lo que hace que Ayumi no se lo piense en absoluto a la hora de tirarse ella sola frente a los peligros más terroríficos contra los que se haya enfrentado jamás.

Seguramente habéis escuchado en más de una ocasión eso de «aquí no se corre», ya que es algo que suele oírse a los niños sobre todo en sitios como hospitales o colegios, pero precisamente en el colegio más os vale correr de vez en cuando si no queréis morir, ya que los fantasmas que os persigan no irán precisamente despacito respetando esas normas, ya que son muertos con sed de vida y vosotros se la restregáis por la cara paseando por ahí. Sin embargo, tampoco es que haya que ir corriendo todo el rato a tontas y locas, porque lo suyo es explorar todo despacio para no dejarnos nada atrás y poder atar cabos sobre cómo se va resolviendo cada pequeño enigma de cada episodio y, si eso no os convence, pensad que ni Ayumi ni el resto de personajes pueden correr durante mucho tiempo seguido, ya que se cansan y se quedarán un rato tomando aire, completamente fatigados y, en ese momento, sois tan vulnerables que cualquiera podría mataros a su antojo a no ser que vayáis equipados con un talisman, aunque son bastante escasos y lo mejor es que los guardéis para cuando os veáis con la espalda contra la pared.

Narrativamente el juego engancha a todos los que ya hayan disfrutado de los anteriores, ya que de principio a fin tanto los personajes como lo que se cuenta sobre por qué sigue habiendo maldad allí, en un lugar en el que se suponía que se había acabado con todo ello, está muy bien hilado e incluso hay unas cuentas sorpresas, gráficamente también cumple y sobre todo el apartado sonoro tanto en efectos de sonido como en voces y canciones de acompañamiento son perfectas para un juego de terror en el que como juguéis a oscuras y con cascos os podéis meter de lleno y pasarlo tan mal o tan bien que os costará creerlo, sin embargo tiene algo que empaña bastante la experiencia: sus tiempos de carga. Da igual que simplemente quieras ver el tiempo de juego que llevas, si te quedan pilas para la linterna, dónde está ese objeto con el que abrir por ejemplo una puerta cerrada con pelos, o lo que sea, ya que una vez que tenga que cargarse algo, será bastante desesperante e incluso hay quien puede bromear con que le da más miedo entrar al menú o cargar partida que ser perseguido por varios fantasmas al mismo tiempo y no tener talismanes ni un armario cercano en el que esconderse.