(Análisis) Disgaea Infinite

Tomando el control de la partida

El reloj llevará al jugador en el momento justo en el que Lord Laharl descubre inconsciente al Prinny sobre el suelo de sus aposentos. Es en ese momento cuando comienza la partida. A pesar de ser una novela visual y basarse en el diálogo, Nippon Ichi Software le ha dado un toque de originalidad, permitiendo adentrarse en la mente de los otros personajes, no sólo para conocerlos mejor, sino para poder ayudar a resolver el misterio. Al  tomar control de los demás, el jugador, en el momento adecuado —ese momento se da cuando el botón “triángulo” aparece sobre la pantalla— podrá elegir entre 3 frases distintas que podrán ser decisivas para el desarrollo de la historia.

Al haber varios personajes en diferentes salas que se van encontrando, el jugador podrá tomar varias rutas, pudiendo en ocasiones desbloquear inesperados finales.

Al ser una novela visual basada en un mundo surrealista, el jugador se ve obligado a realizar la técnica del ensayo-error, que bien podría mermar la diversión del título, pero para ello NIS ha implementado un sistema en el que el reloj puede crear un nuevo hilo argumental totalmente distinto al anterior para aportar algo más de frescura y salir de la rutina. Estos casos se dan cuando se cumple el objetivo principal y, por tanto, el Prinny se siente totalmente a salvo. Es entonces cuando el reloj crea, literalmente, un punto de restauración en el tiempo. De este modo podemos acceder a historias alternativas y realmente divertidas centradas en otros personajes.

A pesar de que las situaciones son realmente absurdas, la manera en la que se plantean y su enfoque desde una perspectiva humorística convierten a este juego en un título bastante divertido, aunque se hace algo corto. Eso sí, se necesitan conocimientos medios de inglés, ya que se utiliza un vocabulario bastante urbano.

Apartado gráfico y sonoro

En Disgaea Infinite, el jugador no se encontrará con ninguna sorpresa fuera de lo habitual en la franquicia. El apartado gráfico se compone de fondos que sirven de escenario, ilustraciones de personajes con diferentes expresiones, alguna de ellas animadas, y sprites que recrean las surrealistas situaciones planteadas tras tomar la mente de los personajes y obligarles a decir algo que no tenían previsto.

La música es de calidad, abarcando distintos géneros musicales que recrean ambientes y situaciones concretas, aunque no encontraremos nada realmente sorprendente.

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