Donkey Kong Country Returns tiene autoguardado y no deja que sea uno el que fuerce un guardado, para evitar que haya trampas de vidas perdidas que luego al reiniciar al punto de guardado vuelven a estar ahí cuando uno tiene pillado el tranquillo a la fase en que se había quedado estancado.
Sus controles son todos al estilo clásico, con un par de botones que, por cierto, hacen realizar distintas habilidades a los dos simios, y la única salvedad con respecto al uso del wii-mote que condiciona que no se pueda usar un classic controller o mando de gamecube es que para ciertos momentos hay que agitar el mando de la Wii.
Lo más bonito que hay en Wii
Técnicamente hablando, su banda sonora es muy retro y apropiada y su sonido ambiental más de lo mismo. No hay doblaje como tal, sólo ruidos como fingiendo el «hablar» de los monos.
Sin embargo, si en algo sobresale especialmente este juego es en su apartado gráfico que es de lo más potente y bonito que se ha llegado a ver en Wii, encontrándonos con una auténtica maravilla que además en algunos escenarios es realmente asombroso.
9
Conclusiones:
Este juego de plataformas es una delicia, un pequeño manjar que no debería faltar en la colección de nadie. Jugablemente está muy bien y su dificultad es un reto en ocasiones y aparte es muy rejugable y con una cantidad razonable de extras.
Artísticamente es pura belleza.
Una respuesta a “(Análisis) Donkey Kong Country Returns”