(Análisis) Dragon Age II

En cuanto al apartado gráfico, aunque se haya modificado el estilo visual, es muy atrayente y espectacular, sobre todo con los efectos especiales de los ataques y habilidades de los magos.

El doblaje está muy bien trabajado, e incluso dotan de acento a personajes según su región o raza.
Por ejemplo, quien sea de Orlais tendrá un inglés con acento francés, quien sea de Antiva tendrá un acento español y los elfos dalishanos un acento gaélico irlandés.

Los efectos de sonido están bien conseguidos, y cuenta con una banda sonora de corte medieval, aunque a veces la aleatoriedad juega malas pasadas, por ejemplo poniendo una canción épica de combate con coro de voces graves cuando se ha finalizado una misión y se regresa a Kirkwall por una playa tranquila.

La jugabilidad es simple, y aunque se ha aumentado la velocidad de combate respecto a Origins, se puede variar el estilo de combate para que sea más de juego de rol, o más de hack ‘n slash. Y como la cámara es completamente ajustable, y el tiempo se puede pausar para asignar órdenes complejas cuando no sea posible hacerlo en tiempo real, no hay ningún contratiempo desagradable. Además, la inteligencia artificial de los compañeros se ha mejorado y ahora se mueven respetando su papel en el grupo.

8,3

Conclusiones:

En resumen, el título tiene una jugabilidad simple pero adictiva, un apartado gráfico atrayente, una historia decente, unos tiempos de carga aceptables, un mundo rico en detalles, y un gran número de misiones para alargar considerablemente las horas de juego que se le quiera dar.
Y aunque Dragon Age II tiene demasiados aspectos diferentes a Origins como para poderse considerar la continuación literal del estilo de la franquicia, sí puede considerarse un muy buen juego ambientado en ese mismo universo, pero por debajo de su antecesor.

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