En el caso de nuestro peón el sistema es el mismo, podremos elegir su vocación y cambiarla cuando nos apetezca en la posada de Gran Soren. Sin embargo, al no ser controlado directamente por nosotros, tendremos un nivel más en cuanto a aprendizaje. Tenemos varios modos de enseñarle a la IA la forma en la que queremos que actúe. En la silla del saber que podremos encontrar en las posadas o campamentos de descanso le diremos de que modo queremos que actúe en las batallas, la actitud que debe tomar al dirigirse a nosotros y la frecuencia con la que debe hablar con nosotros. Además aprenderá tanto a través de nuestros propios viajes como de los viajes que haga con otros jugadores como completar con éxito las misiones y por lo tanto nos dará consejos cuando nos pongamos con ellas.
Nuestro peón también puede aprender cómo enfrentarse a los monstruos y enemigos que nos encontramos en el juego. Para esto también tiene varias vías de aprendizaje, podemos encontrar manuscritos que enseñen a los peones técnicas para enfrentarse a los enemigos pudiendo explotar sus habilidades o ellos mismos lo irán aprendiendo a base de enfrentarse a ellos tanto cuando estén con nosotros como cuando se vayan a ayudar a algún otro Arisen a través de la falla.
El peso de la acción.
Como acabamos de decir, el juego tiene una gran cantidad de variables para que nuestro personaje evolucione y suba de nivel, y además dependiendo de la vocación la jugabilidad pude cambiar considerablemente. Aun así la acción prima sobre la evolución del personaje y, para acabar con alguno de los monstruos más difíciles, es importante ser muy hábil a la hora de afrontar los combates. Esto también influye en la apertura del mundo. Habitualmente en los juegos de mundo abierto suele haber zonas infranqueables debido a la dificultad de los monstruos que las pueblan, en Dragon’s Dogma también nos encontraremos estas barreras que serán franqueables casi desde el principio por los más hábiles en el combate. De este modo el mundo está mucho más abierto para los mejores combatientes obligando a los que no gocen de tal habilidad en la acción a pasar más tiempo subiendo de nivel acabando con enemigos más débiles o completando misiones secundarias.
Otro factor que aumenta la dificultad del juego y nos obligará a volver a Gran Soren con más frecuencia de la deseada es el sistema de regeneración de vida que utiliza el juego. A medida que recibamos daño la parte que podremos regenerar de nuestra barra de vida se irá haciendo más pequeña y solo la podremos recuperar de dos formas, descansado en una de las escasas posadas que se pueden encontrar en Gransys o tomando alguna de los objetos curativos a los que tenemos acceso. Los objetos curativos los podremos comprar a alguno de los mercaderes que nos encontremos o fabricarlos nosotros mismo con los usando las materias primas que podemos encontrar y recolectar. También debemos tener en cuenta que muchas de las cosas que encontremos pueden estropearse con el tiempo dependiendo de su naturaleza.
La mayoría de las materias primas que podemos conseguir al acabar con los monstruos o recogiéndolas de la propia tierra se podrán combinar para conseguir nuevos objetos, pociones e incluso materiales que nos servirán para mejorar el equipo que tengamos.
Otra de las cosas que afectarán directamente en la jugabilidad son las condiciones climáticas y el ciclo de noche y día del juego. Estaremos en continua interacción con el ecosistema de Gransys y dependiendo del momento del día en el que estemos no solo nos encontramos con PNJ distintos en los caminos sino que la flora y fauna que nos encontremos será distinta y sucede exactamente lo mismo con los monstruos. Además alguna de las misiones que hagamos afectará activamente en el ecosistema produciendo cambios significativos en el aspecto de Gransys.
De este modo debemos estar muy atentos para escoger la hora del día en la que salgamos a la caza de alguna de las bestias o completar alguna de las misiones. Este ciclo de noche y día afectará también en la decisiones a la hora de afrontar viajes muy largos si queremos evitar el trance de viajar de noche en zonas que desconocemos y que pueden darnos alguna que otra sorpresa desagradable debido a la escasa visibilidad en las noches, donde no nos podemos olvidar nunca de llevar nuestro farol con botellas de aceite suficientes para poder recargarlo.
Una respuesta a “(Análisis) Dragon’s Dogma”