Ha habido que esperar por Higurashi no naku koro ni Hou ch.3 ~Tatarigoroshi, pero el tercero de los episodios de Higurashi ya se encuentra disponible tanto en Steam como en la tienda de MangaGamer, para los que queráis leer un nuevo arco tras lo visto ya en Onikakushi y Watanagashi.
Si en el primero de los arcos teníamos una historia introductoria para conocer a los personajes y algunos aspectos de su pueblo, Hinamizawa, donde transcurren los misteriosos hechos, en el segundo teníamos ya un reseteo con más información sobre las familias más influyentes y, especialmente sobre los Sonozaki, con el peso de la trama recayendo sobre Mion y Shion. Este tercer arco, este Higurashi no naku koro ni Hou ch.3 ~Tatarigoroshi, trata, por su parte, de Satoko Houjou, la pequeña tramposa de ese grupo de juegos al que pertenece Keiichi Maebara, el personaje que su autor utiliza como narrador, ése desde el que siempre tenemos la visión de lo que ocurre durante esos días de finales de primavera y principio de verano en los que, año tras año, se da el festival del Watanagashi con las ya asociadas desapariciones y muertes desde que hubo un pequeño detonante que separó a la mayoría en dos bandos: los que estaban a favor de la construcción de una presa y los que estaban en contra.
Hoy por ti, mañana por mí.
Tatarigoroshi comienza con la preocupación de Keiichi quedándose solo en casa, con presupuesto limitado y sin tener ni idea de cómo cocinar absolutamente nada, estando sus conocimientos culinarios tan solo al nivel de calentar agua y usarlo para fideos instantáneos o comprar algo ya hecho y calentarlo, tema sobre el que le ha advertido ya su madre, viéndose venir que él tiraría por la vía rápida, poco sana y de precio considerablemente superior a si hace él, que de paso le va bien para aprender a desenvolverse para el día de mañana.
Como él es bastante cafre, pese a esforzarse no obtiene grandes resultados, aunque Rika y Satoko le echan una mano y, de paso, descubre más cosas de esa niña rubia que vive con su amiga, ambas sin ningún adulto, aunque Rika tiene un padrino que se ocupa de ella y, de paso de la otra niña que tiene como tutor a un tío suyo que está desaparecido desde hace un tiempo y que precisamente aparecerá en este arco, para que comprendamos mejor a Satoko y conozcamos qué tipo de problemas familiares y traumas tiene además de haber perdido a su hermano Satoshi, sobre el que ya habíamos tenido constancia en episodios anteriores.
En Tatarigoroshi el club de juegos está algo más dejado, aunque sus miembros están tan unidos como siempre y, de hecho, esta vez el tema que más se trata es el de la amistad, el de defender a quien aprecias por encima de todo, llegando a niveles psicóticos incluso. Con bromas sobre alimentos, el amor que la profesora de la escuela siente por el curry y otras tantas escenas amenizantes, se hila esta nueva historia con la que nos adentramos un poco más en la maldición de Oyashiro-sama, en sucesos de los más extraños que ocurren en la pequeña villa de Hinamizawa.
Con la calma y descripciones prolongadas de cualquier cosa rutinaria que caracterizan al autor, vemos un duelo de fiambreras y conocemos a Irie-sensei, alguien que entrena un equipo de béisbol de la ciudad cuando no está ocupado en el centro médico en el que trabaja. Por supuesto, de fondo está el detective Oiishi o Takano Miyo, personajes que aunque no estén dentro del círculo del protagonista, siempre tienen su papel, como lo tienen, acústicamente, las cigarras (higurashi) que dan nombre a esta serie de novelas visuales.
Puesto que continuamos con un arco de preguntas, son varias las que pueden surgirnos, muchas relacionadas con las familias, ya que cada vez que descubrimos algo nuevo acerca de ellas, nos damos cuenta de que hay mucho más que desconocemos y que es misterioso; o también podemos seguir con la gran incógnita de si existe Oyashiro-sama o es todo obra del hombre, cosa con la que juega Ryukishi muy sabiamente liando la madeja y, haciendo hincapié en la parte extra que se desbloquea tras haber leído el capítulo entero, ahí se bromea también con cómo la profesora, que lleva apareciendo desde el primer capítulo, no tenía un dibujo con su diseño de personaje.
7,5
Conclusiones:
Higurashi Tatarigoroshi, tercero de los capítulos de la serie, es un capítulo tranquilo, con algún pequeño sobresalto y que cuenta con un pequeño final desconcertante, utilizando un método que suele usarse en el género del terror, que es dejar algo abierto, con algo que nos formule un dilema, de manera que no podamos tener claro cuál de los dos caminos ofrecidos sería el correcto, aunque igualmente aquí sería algo tan solo referido a este arco, no a la obra como conjunto.