[Análisis] Holy Potatoes! A Weapon Shop?!

Holy Potatoes! A Weapon Shop?! es un alocado juego protagonizado por patatas.

Desde hace tan solo unos días se encuentra a la venta para PS4 y Nintendo Switch el videojuego Holy Potatoes! A Weapon Shop?!

Este nuevo título dentro del catálogo de Rising Star Games nos lleva a un mundo repleto de patatas antropomórficas donde las aventuras están a la orden del día. Si pensamos en patatas con piernas y brazos seguramente nos venga a la mente Mr. Potato, pero esto en nada se parece a ese monigote con piezas. En este videojuego nuestro papel será el de llevar la gestión de una herrería, contratando a patatas que fabriquen armas a cambio de un sueldo que irá subiendo en función de su valía.

Holy Potatoes! A Weapon Shop?! es un juego repleto de bromas por todas partes. Desde el principio te muestran que el protagonista al que encarnas peca de ser demasiado inocente y sabes que el Agente 46 (guiño a Hitman) no es trigo limpio y que eso que te dice al reclutarte para llevar la tienda de tu abuelo de que el 99,99% le pertenece no hay por dónde cogerlo.

Las mecánicas del juego son sencillas, aunque numerosas, de modo que los primeros compases serán un tutorial dinámico para aprender a hacer de manera básica cosas como encargar a cada empleado que se ocupe de aquello que se le dé mejor (a ser posible), tirar de encargos rápidos (contratos) para conseguir dinero de una manera más rápida (y escasa) si nos vemos en un apuro y creemos que podríamos no llegar a tener suficientes fondos para pagar los salarios o cualquier otro gasto que pueda surgir, incluyéndose las visitas esporádicas del Agente 46 pidiéndonos «su parte».

Holy Potatoes! A Weapon Shop?! nos recuerda a varios juegos, pero al mismo tiempo es único en su especie. Por un lado tiene esos toques humorísticos de Recettear, aunque aquí está aún más pulido y tenemos además todas esas variantes de nombres de nuestros trabajadores y los freelance a los que acudir, sacados de cosas como Batman, Tomb Raider, WWF o Hello Kitty; así como los cameos paródicos sobre distintas cosas de la cultura pop. Por otro lado somos los dueños de una herrería y nos encargamos de surtir de hachas, espadas y demás armas a los aventureros de cada una de las zonas, cosa que, salvando las distancias y de un modo más simple ya pudimos hacer en Weapon Shop de Omasse. Pero aún nos quedaría ese toque tan de Game Dev Story, al tener un calendario, a los trabajadores sacándonos los proyectos adelante y a nosotros gestionando absolutamente todo en el taller, incluso cuándo se van de vacaciones, dónde y por cuántos días, que para eso se las pagamos íntegras como extra del sueldo.

Nunca dejaremos de tener misiones que hacer y cosas con las que entretenernos. El juego siempre nos desafía con cosas nuevas como hacernos con más seguidores, hacer que algún héroe de la zona llegue al nivel máximo o que por ejemplo exploremos un lugar nuevo. Igualmente, siempre podremos estar investigando nuevas armas siempre y cuando tengamos materiales compatibles entre sí y mandemos a alguien de nuestro grupo a que se dedique durante un tiempo de manera exclusiva a ello; cosa que nos irá genial para tener otra arma nueva en nuestro catálogo para forjarla y poderla vender. Cada vez que forjemos una, ésta irá a nuestro baúl y, cuando nos parezca, llevaremos a otro trabajador a vender la mercancía, siendo posible de cada vez que cada trabajador lleve hasta un máximo de tres armas a cada lugar donde haya héroes dispuestos a comprar algo. Lo suyo es que nos fijemos en qué le gusta a cada uno, para tratar de hacer armas afines a nuestros compradores potenciales para así obtener mayores beneficios para que nuestro negocio prospere. Cuanto más capital tengamos, más podremos invertir no sólo en mejoras para la tienda como hacer que nos quepan más trabajadores en cada área de trabajo o tener cosas como cafeteras o aires acondicionados, sino que podremos pagarles unas vacaciones a nuestros trabajadores para que vuelvan con fuerzas renovadas y trabajen con más ganas; o podemos llevarlos a que se entrenen para que sean mejores mecánicos, alquimistas, inventores o cualquier otro rol en el que los tengamos asignados en ese momento, a esperas de seguirlos mejorando con nuestra formación. Si no cuidamos de nuestros trabajadores no sólo bajará su eficacia y por tanto las armas serán peores y obtendremos menos beneficios, sino que incluso podrían llegar a estresarse y hartarse tanto del curro que decidieran dimitir.

Según nos vaya mejor y nos aventuremos a nuevos lugares podremos sacar más tajada de nuestra herrería, ya que ésta será más grande y por tanto podremos contratar a más trabajadores para que así se queden mejor repartidas las tareas y pensemos en cómo optimizar nuestro tiempo para desarrollar nuevas armas, buscar materiales, vender cosas a los héroes, entrenar, llevar a alguno de vacaciones de cuando en cuando y todas esas cosas que hemos comentado que están disponibles y que es conveniente usar. Está claro que para que haya más beneficio también tendremos un gasto mucho más elevado, así que si se nos va de las manos podríamos entrar en quiebra. Por otro lado, siempre podemos quedarnos un buen tiempo en un lugar y hacernos con unos ahorros antes de aventurarnos a esa mudanza que acarrearía una dificultad añadida ante lo que estábamos teniendo. Es decir, que no intentemos apresurar las cosas y que lo mejor para los desplazamientos es estar listos, sobre todo si queremos reclutar personal nuevo por tener vacantes sin más o por haber decidido que nos salía mejor despedir a alguno que no  nos terminase de convencer.

Continuamente suceden cosas aleatorias entre medias del calendario, que pueden modificar nuestras armas para mejor o peor sin más, entramos en periodos en que también oscilan los porcentajes de compra-venta o incluso se nos preguntan cosas para obtener una modificación positiva o negativa sobre un trabajador en función de la respuesta. Como un soplo de aire fresco, cada año tiene lugar un campeonato en el que se valoran las mejores armas que se han creado. Ahí han de cumplirse unos mínimos si queremos que algo de nuestra creación salga nominado y que no sea todo inventado, pero si aparecemos es bastante probable que ganemos algún premio y si no tenemos confianza en nuestras creaciones siempre podemos mirar a sobornar a los jueces.

8,5

Conclusiones:

Holy Potatoes! A Weapon Shop?! es un juego muy adictivo y rejugable repleto de humor. No nos lleva en absoluto de la mano, sino que siempre decidiremos nosotros en qué invertir el tiempo y a qué ritmo hacerlo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.