(Análisis) Kid Icarus Uprising

Desde que Palutena y Pit se presentan nos van recordando anécdotas y detalles de los juegos anteriores. Ellos son conscientes de que están en un juego y actúan en consecuencia, bromeando sobre las situaciones en las que se encuentran (en especial Palutena) y recordándonos los sprites de los enemigos clásicos que nos iremos encontrando y que a Pit no le hacen demasiada gracia, sobre todo después de recordar al infame Mago Berenjena, y con razón. En alguna de las fases encontraremos guiños a juegos de Nintendo en los que había aparecido Pit de algún modo.

Elige tu estilo de combate y apuesta por ti.

El juego nos da la opción de elegir entre nueve tipos de arma distintos y con cada uno de ellos el combate será de un modo, en muchas ocasiones un tipo de combate se adaptará mejor que otro para finalizar un capítulo así que tendremos que escoger nuestras armas preferidas y, además las que más útiles sean para acabar con los enemigos a los que nos enfrentemos. Por desgracia solo podemos cambiar el arma que llevemos equipada en el espacio entre capítulos y lo cierto es que se echa de menos la posibilidad de llevar como poco dos armas que puedan cubrir dos estilos de lucha.

Cuando estamos equipando nuevas armas, el juego nos da la opción de probarlas en un campo de entrenamiento de modo que podemos ver fácilmente si el estilo de lucha asociado a ese arma nos viene mejor o peor o si tiene alcance o defensa suficiente para el modo de combate del que queramos hacer uso.

Además podremos fusionar estas armas dándonos unas nuevas que combinen las bonificaciones y la fuerza que nos pudieran dar las originales consiguiendo muchas veces nuevos tipos de arma que además son de mejor calidad. Una de las claves del juego es fusionar y fusionar armas para conseguir unas mejores que nos ayuden a avanzar en la historia a dificultades más exigentes.

Antes de cada capitulo tenemos que decidir la dificultad del mismo a través de un selector de lo más completo entre los niveles 0 y 9 contando además los decimales entre cada nivel. Antes de jugar debemos hacer una apuesta de corazones (la moneda de cambio del juego) para poder acceder al capítulo, en el nivel base (2) no apostamos corazones pero en cambio tampoco ganaremos, en los niveles inferiores debemos pagar corazones para poder acceder a esa dificultad y los perderemos, sin embargo la cosa se pone interesante a partir del nivel 2 donde haremos una apuesta de corazones mayor a mayor dificultad y además nos abrirán ciertos pasajes cerrados donde encontraremos mejores armas y objetos. Si no somos capaces de completar el capítulo en uno de esos niveles más difíciles, el juego nos impedirá hacer una segunda intentona en ese nivel y nos bajará la dificultad automáticamente. Cabe decir que el juego es muy exigente y conseguir completarlo al 100% requiere no solo horas de juego sino una gran habilidad con los botones.

Smash Bros. en 3D.

Además del modo historia tan completo con el que cuenta Kid Icarus: Uprising, tenemos un modo multijugador, tanto online como local, que utiliza mecánicas similares a las de Smash Bros. en una batalla por equipos de 6 jugadores con multitud de objetos un escenario que afectará en el devenir de la liza.

Con estas batallas multijugador podremos conseguir corazones, nuevas armas y ropa para que los Pit que se enfrentan en el modo multijugador no parezcan clones. Con este modo multijugador, aunque solo sea un extra, alargamos todavía más la vida del juego que ya de por sí tiene un modo historia muy rejugable y con multitud de secretos. Además está siendo un buen campo de pruebas para lo que será el futuro Smash Bros. de 3DS y Wii U.

Otro de los extras que incluye el juego son las funcionalidades de realidad aumentada con cartas coleccionables, comercializadas por Panini, que tiene su gracia al simular combates en realidad aumentada pero que no aportan demasiado al juego aparte de ser un extra para coleccionistas.

El paquete del juego incluye, además de unas cuantas cartas de R.A., un soporte para la consola, que es una muy buena idea para las partidas largas pero que hace pensar que el juego de portátil deja de ser tan portátil. Efectivamente en cuanto llevamos más de media hora de juego nuestra mano se empezará a resentir y tendremos que buscar un punto de apoyo en el que colocar consola y soporte para no acabar con la mano dolorida eliminando de este modo la posibilidad de jugar en muchísimos sitios como la mayoría de transportes públicos.

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