(Análisis) Magic the gathering – Duels of the Planeswalkers 2012

Las partidas en este Duels of the Planeswalkers 2012 son más fluidas y además en su campaña se intercalan también los desafíos de darle al coco para solucionar un problema que se nos plantea, cosa que en el anterior estaba completamente por separado. También, como novedad está el modo de archienemigo, al cual también podremos jugar desde esa campaña o bien de manera separada.

En archienemigo tendremos que unir fuerzas con dos compañeros más y, aunque cada uno juegue sus bazas de manera individual y no se permita el poner modificadores en otras cartas que no sean las de uno mismo, es juego en equipo. La razón por la que es un tres contra uno es porque ese enemigo es tremendamente poderoso y además a cada turno saca un plan de una baraja especial que le concede más turnos, más tierras que bajar de manera gratuita y directa, unas criaturas más poderosas, que robe cartas y no tenga límite de ellas en la mano, que destruya varios permanentes nuestros, etc. Vamos, que es muy duro de pelar.

Por supuesto, el gigante de dos cabezas sigue, que es un dos contra dos en igualdad de condiciones y donde se comparten nuestras cartas con las del amigo en cuanto éstas están en la mesa, del mismo modo que podemos equiparnos cualquier accesorio suyo o él  uno nuestro.

Gráficamente está curradillo y el sonido está ahí sin más. Jugablemente está bastante logrado, aunque hay cosas que no pueden emularse como en los momentos de seleccionar una criatura de la zona de robar para llevarla a la mano, que aquí va de manera automática (no así con las tierras o accesorios donde sí se permite) u otras acciones menores que demuestran que como con una baraja real no hay nada. Del mismo modo, con las barajas prefabricadas queda también en manifiesto ese punto, ya que no hay nada como crearse una de cero uno con aquello que prefiere llevar, y aunque se den varias opciones, está limitado.