(Análisis) Mario Tennis Open

Sé el rey de la pista.

Aunque estamos ante un juego puramente arcade con el famoso sello de Nintendo y el carisma de los personajes como Mario, Luigi, Peach, Donkey Kong… tendremos distintas pistas repartidas a lo largo de los diferentes torneos y a las que también podremos jugar en el modo libre (es decir, partidos de entrenamiento sueltos o entrar en multijugador) y lo curioso es que en cada una de estas pistas la pelota se comportará de una forma diferente, botando más, haciendo efectos más extraños una vez que toque el suelo, etc. También la velocidad a la que nos movamos variará en función del terreno de juego.

De primeras, probablemente donde caigamos será en los diferentes torneos, que van haciéndose más largos y complicados según pasamos de ronda. Además, no es lo mismo sacarse la copa Champiñón que cualquiera de los torneos mayores, aunque en cualquier caso nos valdrán para ir depurando nuestro estilo de juego.

Algo que tuvo un montón de fans en el juego de gamecube (pasado después a Wii), fueron los minijuegos. En Mario Tennis Open también los habrá y de hecho, contaremos con cuatro diferentes que además irán dándonos nuevos niveles y tendrán varios peldaños de dificultad en algunos de los casos.

Esquivando chorreones de tinta mientras devolvemos pelotas inalcanzables para el rival, jugando con los agujeros negros y el suelo que aparece y desaparece en el tenis galáctico, haciendo centenares de puntos metiendo la pelota por unos aros o simplemente jugando a Super Mario Bros en una pared de frontón haciendo que la bola vaya dando sobre los monstruos, en la apertura de una tubería o sobre el banderín de la meta. De cualquiera de esas maneras, nos lo pasaremos bien mientras estamos un poco apartados de los partidos.

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