Prácticamente en todo Need for Speed: Rivals, a excepción de algunos momentos, tendremos la oportunidad de escoger de entre varios tipos de misiones encadenadas con distinta jugabilidad, para que así vayamos a lo más afín con nuestros gustos o explotemos mejor nuestros puntos fuertes en caso de que veamos que queremos avanzar rápido en alguno de los capítulos, aunque en realidad, tal y como está todo marcado, terminaremos haciendo un poco de todo y especializándonos en todo tipo de cosas, pero si hay alguna cosa a la que pillemos manía por la razón que sea, quizás nos busquemos la manera de esquivar ese tipo de prueba, aunque todas son bastante entretenidas, desde las contrarrelojes a los saltos, pasando por las intercepciones.
Según vayamos conduciendo por la ciudad, iremos descubriendo nuevos lugares. Es como si nos hubiéramos mudado a un lugar del que no conociéramos absolutamente nada, quitando el lugar de nuestra residencia (en este caso el taller y garaje de nuestra base) y a medida que nos vamos moviendo por ahí vamos descubriendo lugares de nuestro interés y nos aprendemos el camino. En Need for Speed: Rivals, precisamente va así, si pasamos por un lugar importante, se nos reflejará en el mapa, y así más adelante podemos escoger salir directamente ahí al seleccionarlo desde nuestro mapa, o bien marcarnos un trazado, una ruta para seguir al GPS y llegar a nuestro destino. Este método de que las cosas se vayan abriendo, de completarlo todo por encontrarlo nosotros mismos, es de lo más entretenido, y una excusa más para ponernos a dar vueltas por una ciudad con un montón de carreteras secundarias y recovecos en la que podremos pasarnos muchísimas horas si queremos llegar a sacarlo todo al 100%.
Este título de conducción arcade, gráficamente cumple sin más. Los modelados de los coches no están nada mal, y hay algunos escenarios de la ciudad que tampoco, pero hay lugares que no están nada bien detallados, varios caminos secundarios que son un calco unos de otros y, sobre todo, nos encontramos con problemas de popping en ocasiones sueltas, haciendo que nos podamos quedar rallados al ver cómo aparecen cosas de la nada en lugar de haber una carga gradual. Esto que ocurre en menos medida en las versiones con mejor hardware, se da más a menudo en PS3 y Xbox 360, pero aun así no se empaña la experiencia al ser momentos puntuales y jamás con otros vehículos, solamente con partes de escenario y sobre todo con la carretera.
A lo que más partido sacaremos, sin duda, es a los comandos de voz, ya que gracias a ellos podremos ir directamente de salida, desde el mapa, a las pruebas que nos apetezca o se nos pidan en el capítulo por el que vayamos, pero también seremos capaces de acceder al easydrive de un modo mucho más cómodo y sencillo que con la cruceta, por lo que a la hora de estar dentro de la ciudad y querer encontrar algo en concreto y que se nos quede reflejado, sin tener que aparcar el coche o sin miedo a chocarnos o a ser arrestados, es mucho mejor al darle directamente las instrucciones de lo que queremos, subiendo nuestras probabilidades además de salvar el pellejo, al no tenernos que fijar tanto en la esquina de la pantalla, perdiendo concentración en lo que ocurre en el centro con nuestro coche. Se puede jugar perfectamente sin la voz, pero es mucho más divertido haciendo uso de ella, por lo que una cámara de PS4 o un kinect vienen de maravilla para aprovechar de verdad la experiencia sin que perdamos créditos continuamente por pegarnos con el easydrive de manera manual para encontrar nuestra guarida, llevándonos un choque estando en daños críticos que acabe con nuestro sueño de un plumazo.
8,5
Conclusiones:
Need for Speed: Rivals es un juego de conducción arcade de lo más completo y entretenido con el que podremos estar bastante horas con una buena variedad de misiones, tanto si estamos en el bando de un corredor ilegal como si estamos en el de un policía que intente capturar a la gente del primer grupo. Los movimientos de los coches son de lo más fluidos y el juego cada vez es más exigente, obligándonos a realizar cosas más complicadas, para demostrar que realmente hemos pillado su concepto y nos hemos hecho con los controles y con el nuevo sistema de easydrive que funciona especialmente vez con los comandos de voz, pero que puede ser algo fastidioso con la cruceta del mando, especialmente si estamos en mitad de una situación peligrosa con la que pudiéramos perder los créditos con los que comprar mejoras o un coche mejor al que estuviéramos utilizando, ya que más adelante se nos quedarán cortos en prestaciones los vehículos iniciales, por más cariño que les hayamos podido coger.