[Análisis] Oh… Sir!! The Insult Simulator

Los jugadores de Monkey Island siempre recordaremos con cariño las batallas de insultos como algo especial dentro de la humorística saga. Ahora, salvando las distancias, nos encontramos con esa nueva técnica puesta en marcha en Oh… Sir!! The Insult Simulator un juego indie que podemos encontrar ya para móviles, PC y Nintendo Switch por menos de tres euros.

Desarrollado por Vile Monarch, quienes se sienten orgullosos de haberlo creado durante una Jam Party en tan solo 48 horas, estamos ante un generador de insultos bastante peculiar en el que podemos jugar por nuestra cuenta contra la máquina o bien hacerlo contra amigos o desconocidos a través del multijugador local o en línea.

La premisa de Oh… Sir!! The Insult Simulator es bien sencilla: enfrentamientos directos verbales con dos participantes. Para insultar a nuestro adversario no iremos a lo simple que es soltarle un taco y quedarnos tan a gusto. Esa posibilidad no se ha contemplado y aquí lo que tenemos es un generador de palabras y conjuntos de ellas, para ir utilizándolas de manera que creemos frases hilarantes y, a poder ser hirientes. Más de un sinsentido surgirá del cóctel de palabras. Todo es válido siempre y cuando sea gramaticalmente correcto en inglés, idioma del que deberemos tener un buen dominio. Si la pifiamos, el personaje se quedará embobado y no ofenderá en absoluto al contrincante, quien, a su vez, podría haber preparado un ataque compuesto por improperios contra el coche de su primo y la adoración por las frutas. Igualmente, en ocasiones podríamos dejar tan anonadado al otro que perdería su turno. De todo esto nos daremos cuenta al poco de jugar, pues todo es de lo más intuitivo.

Por turnos, escogeremos qué ir uniendo a nuestra frase y, cuando creamos que ya es suficiente o que no podemos sacar más de ahí para prolongar nuestro insulto, pararemos y nuestro personaje dirá en voz alta esa retahíla dispuesta para herir la sensibilidad del otro. Cada uno de los personajes tiene su voz, aunque si nos cansamos de escucharlos o tenemos prisa por pasarnos por ejemplo un torneo (enfrentamientos contra cinco personajes diferentes en cinco escenarios), siempre podemos saltarlos pulsando un solo botón.

Pese a la simplicidad, Oh… Sir!! The Insult Simulator tiene una pequeña parte estratégica. Cada uno de los personajes cuenta con una debilidad que deberemos descubrir (o recordar, ya que están escritas en su biografía desde el selector) para tratar de explotar mediante nuestras palabras. Si por ejemplo se sienten mal por su edad, por su origen, por el físico o por la moda, intentaremos por todos los medios sacar esos temas a colación. No debemos olvidar que nuestro personaje también tiene su propia debilidad, por lo que, naturalmente, trataremos de evitar que el contrincante haga uso de la misma treta sobre nosotros. ¿Cómo sabremos qué debilidad tiene cada contrincante? Si no hemos ido a lo más obvio de leer la presentación de cada uno de ellos, tendremos que fijarnos en su diseño, pues ahí tenemos pistas sobre qué es aquello que le dolería, si el ir como un matón (odia que se ponga en duda que es un tipo duro) o de punta en blanco (obsesión por la moda). Otra gran pista la encontraremos en las frases especiales que solamente ese personaje puede pronunciar y que, en muchos casos, lo hace como cierre solemne de su insulto. Así por ejemplo tenemos un buen repertorio de cosas vinculadas con la edad y la muerte por parte de la señora que no piensa más que en eso o todos los comentarios acerca del dinero y la orfandad que dirá aquel que se siente profundamente dolido cuando se le menciona la pobreza.

Hay personajes bloqueados, dotando de frescura adicional las posteriores partidas al ser, como explicábamos, la personalidad de todos ellos tan diferente. Aun así, uno de los dos invitados especiales (Lovecraft) está disponible desde el principio, invitando a la gente a ir a «las montañas de la locura» o mentando a Dagon para usarlo de manera comparativa o como el culpable de sus males. El segundo, Dios, es algo más exigente e incluso tramposo, porque al contrario que todos los mortales, tiene dos barras de vida aunque, por contra, su debilidad es más sencilla de explotar al al aparecer, indudablemente, con muchísima más frecuencia que cualquier otra.

7

Conclusiones:

Alocado y entretenido. Oh... Sir!! The Insult Simulator es un buen título para echar partidas cortas mientras nos echamos unas risas tras haberle dicho a otro cualquier barbaridad salida de la mezcla entre lo aparecido en ese momento en el generador central junto con los comodines propios del personaje, donde además el rival no puede tocar para robarnos nombres, verbos o conjunciones con las que alargar el insulto para utilizar más términos y, con ello que sea más probable tener un multiplicador después por volver a utilizar alguno de ellos en el siguiente insulto que vayamos a formular. Es tan solo una pequeña idea llevada a cabo, con unas mecánicas sencillas, pero es algo notable.

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