(Análisis) Paper Mario: Sticker Star

El primer Paper Mario de portátiles ya está entre nosotros, después de que los juegos de esta saga tuvieran su primera entrega en Nintendo 64, una segunda en Gamecube y una tercera en Wii y quedando el plano de las portátiles para otra saga rolera de Mario junto con su hermano Luigi, parecía que el momento de tener un Paper Mario en una consola de las de llevar en el bolso a cualquier lado no iba a llegar nunca, y sin embargo, Paper Mario: Sticker Star ha aterrizado en Nintendo 3DS con una serie de cambios sustanciales con respecto a los de sus hermanas mayores, empezando por la incapacidad de nuestro bigotudo fontanero a la hora de subir de nivel, como ya os comentamos en nuestras primeras impresiones de hace unas semanas. Pero hay más miga y detalles sobre este juego, así que vamos lanzados a entrar en ellos y contaros cómo es este rpg de Nintendo.

Pegatinas hasta en la sopa.

Después de que nuevamente se arme parda en el Reino Champiñón, a Mario le tocará hacerse con las diferentes pegatinas cometa que tienen los malos repartidas entre los seis mundos de que consta el juego y, para ello, deberá contar precisamente con el poder de otras pegatinas inferiores, más comunes, que irá encontrando por ahí o que podrá comprar con monedas e incluso a veces, se encontrará con objetos de lo más peculiares que podrá transformar en pegatinas más poderosas de lo normal, por lo que, como si de un chef Maravillas de un Tales of se tratase, si vemos algo que no nos cuadre, lo tenemos que recoger.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.