La falta de profundidad, la simplicidad llevada al máximo y el que los personajes estén muy descompensados entre sí -aunque mole que cada uno tenga sus puntos fuertes, pero algunos son rápidos, precisos y potentes al mismo tiempo, mientras que otros se sorben los mocos- hace que esto esté bien para unos pocas partidas o de cuando en cuando con algunos amigos, pero desde luego no engancha para estar durante horas con ello, especialmente porque uno no suele saber ni cómo va, y no lo sabrá hasta el final de todo, cuando se calculen los puntos, ya que la única manera de matar a alguien es con una magia y con eso ganaremos dos puntos, y a cambio por cada vez que muramos se nos restará uno. Una forma un tanto peculiar de determinar quién gana, que en muchas ocasiones dependerá más de tener la suerte de cazar a otros durante el breve periodo en que estemos con el poder a tope o el ataque suelto que lancemos hacia la dirección que sea. Quitándoseles así en muchos casos las recompensas a los que más se lo hayan currado y mejor lo hayan hecho durante todo el combate.
Obviamente -y como mencionábamos antes- el juego está pensado para el cooperativo, ya que jugar uno solo contra la IA no es lo mismo. Y de hecho las funciones cross entre PS Vita y PS3 son de lo más interesante, especialmente por aquello de compartir online o de poder jugar a la vez en ambas consolas y que automáticamente se te vayan guardando también los datos de cómo lo llevas en tu cuenta personal a la hora de utilizar a los personajes y desbloquear sus nuevos trajes. Eso sí, algo que no nos gusta nada es que en PS Vita luce peor y tenemos una peor panorámica y, sobre todo, lo que nos tira para atrás son los problemas que hemos encontrado ya no solo en partidas online, sino también offline con amigos al lado, en las que un personaje podía tirarse hasta 30 segundos de reloj desaparecido en combate hasta que vuelve a la arena tras habérsele matado en una ocasión. Teniendo en cuenta que esto es a quien más muertes logre en un plazo de tiempo que ya viene marcado por defecto, es una burrada que un jugador se quede medio minuto mirando a las musarañas y esperamos que Sony lo solucione pronto con un parche.
5,5
Conclusiones:
PlayStation All-Stars Battle Royale es casi más la ambición de lo que podría ser, que de lo que es. Con escenarios que cambian de manera brusca en los que adaptarnos para evitar caídas y tomar ventaja de ellos, un -no demasiado grande- número de personajes escogidos por la gente de Sony porque sean importantes para sus consolas por haber nacido en ellas o ser de su propiedad, hacen gala de una manera no muy acertada, de lo que serían sus aptitudes para la lucha. Algunos personajes ya son luchadores natos y desde luego todos están preparados para las aventuras, pero la forma en que aquí aparecen, deja claramente a unos vencedores y a unos vencidos por la descompensación de personajes y de técnicas que tiene cada uno de ellos. Una lástima que no dé más de sí, aunque para partidas breves esporádicas no está mal o para los que no sean exigentes y simplemente quieran ver cómo Sackboy intenta medirse con Cole o con Kratos, pero ojo con morir, porque podrías quedarte sin jugar durante medio minuto si al juego le da por no hacer que reaparezcas en el escenario.