(Análisis) Summer Stars 2012

Estamos en año olímpico y parece que así afloren más juegos deportivos y también las ganas de jugarlos. Summer Stars 2012, la apuesta de Deep Silver en Wii, PS3 y Xbox 360, es precisamente uno de esos títulos en los que podremos practicar y competir en varios deportes y disciplinas con distintos tipos de control, los clásicos con mando o con movimiento, dependiendo de lo cansados que estemos o cuál sea nuestra preferencia, pero en cualquier caso, hay unas pruebas que se realizan mejor de un modo, y otras del otro, aunque en global todo puede jugarse sin problemas, salvo quizás de lesión si no calentamos antes o, en el caso de hacerlo con el mando normal, si nos emocionamos un poco en las carreras ya que hay que darle al segundo stick como si no hubiera un mañana.

Con varias pruebas de atletismo, natación, arco, trampolín y esgrima, nos encontramos con una buena variedad en este Summer Stars 2012 para echar partidas rápidas en el modo libre, creando copas como queramos para competir contra la IA o contra un amigo, o nos tiraremos unas cuantas horas hasta completar el modo torneo, con todas las pruebas en diferentes niveles de dificultad, incluyéndose incluso algunas de fantasía bastante extrañas (como disparar con una pistola de agua a una gimnasta sin que nos descubran para sabotear su ejercicio, o hacerle fotos sin parar a un pertiguista).

Deportistas multiterreno.

En nuestro perfil escogeremos un país al que pertenecerán nuestros dos personajes, un hombre y una mujer capaces de practicar esgrima, realizar tiros con arco, lanzamientos de martillo o de esgrima, saltos de longitud, triples o de altura, descender a toda velocidad por circuitos endemoniados con su bicicleta de montaña o pegarse un buen chapuzón en la piscina para nadar a estilo crol o mariposa, demostrando así que están hechos para el deporte, sin importar cuál. Esto, que no es nada creíble, es perdonable, ya que no se le quita diversión en absoluto al hecho de que valgan para todo y hasta se les pilla mucho más cariño que si estuviéramos cada vez con uno diferente, a pesar de que llegarán, competirán y no se sabrá más de ellos, salvo por las veces en que se suban al podio a recoger sus medallas y es que nunca España se hizo con tantas en unas olimpiadas (y quien dice España, dice cualquier otro país que pueda escogerse cada cual y que, por supuesto, no gane en todo lo habido y por haber en el mundo real).

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