A finales del año pasado salió a la venta la Wii U, consola de sobremesa con la que Nintendo abrió las puertas a la nueva generación a la que ahora se han unido las competidoras. Si en aquel momento, dentro del catálogo de lanzamiento teníamos New Super Mario Bros U, un nuevo título de carácter cooperativo (o competitivo, según como os dé por jugar con los amigos y conocidos) que era más una mera repetición de los que se había visto en New Super Mario Bros Wii y que traía ese sistema de fases rápidas y sencillas que se crearon para el New Super Mario de DS y que continuó por el mismo camino para el de 3DS. Ahora, para el cerrar 2013 por todo lo alto, y tras llevar ya la Wii U un año en el mercado, acaba de salir Super Mario 3D World, que si bien a simple vista podría parecer una mezcla entre otro más de la saga New por aquello del multijugador y que se pillaran cosas de Super Mario 3D Land que tampoco era precisamente uno de los mejores de la editora, finalmente es un título con una personalidad propia que en realidad sí que pilla aspectos de todos los juegos anteriores para atraer de ese modo tanto a los fans más recientes del rechoncho fontanero como a los que le llevan acompañando desde hace ya más de 25 años.
Después de Mario Galaxy 2, los juegos protagonizados por Mario dentro de la línea principal ya habían bajado el nivel y aun siendo notables, ya no estaban dentro de eso que los hacía sobresalir, no estaban en ese punto que todos esperábamos ya que sus errores de diseño o lo que muchos conocen como «casualización», hacían que no pudiéramos disfrutar tanto de esos plataformas como nos hubiera gustado. Sin embargo, en Super Mario 3D World se remiendan esos errores y aun sirviendo perfectamente para el ámbito familiar o para gente que no busca complicarse demasiado, también es estupendo para los que llevan siendo fans de Mario más de dos décadas y que sabes que tiene que haber muchos pasadizos, trucos secretos y retos como para sentirse realizados, y es lo que se ha dado, ofreciendo una fórmula de lo más precisa para calar en esos dos grupos de jugador que suelen estar enfrentados, aunque no debería ser así.
Bowser le hace la competencia a Link.
Nintendo tiene muchísimas licencias de videojuegos de lo más atractivas, con una enorme calidad y que encantan a sus fans, pero sin duda las dos más populares son The Legend of Zelda y Mario y de hecho que el argumento de esta vez se separe del Bowser que secuestra a la princesa Peach, no solo para que ésta pueda controlarse por sus seguidores, es de lo más llamativo. Seguramente todos sepáis que Link lleva toda su vida guardando a hadas en botellas para así regenerase sus corazones cuando le haga falta, pero en esta ocasión no es ese héroe vestido de verde el que hace eso, sino que el rey de lo koopa, que también asociamos con el mismo color, es quien encierra hadas en botellas y eso no está ya tan bien visto, por lo que los héroes del Reino Champiñón irán a liberarlas y ahí tenemos a Mario, Luigi, Peach y Toad… aunque también podremos jugar con Estela (princesa de la saga Mario Galaxy) si somos capaces de desbloquearla. Pero como en Mario, por mucho humor que pueda haber y más con un homenaje como este, lo que más interesa no es la historia, sino el diseño de los niveles, el cómo sean los diferentes mundos y qué jefes finales y castillos nos encontraremos, en Super Mario 3D World no iba a ser menor, y una vez más todo eso no es más que un vehículo para que nuestros héroes tengan la excusa perfecta para perseguir una vez más a Bowser, que siempre parece tener ganas de que alguien le pegue o que incluso haga que se caiga a un río de lava y no quede de él más que el esqueleto, lo cual es bastante gore y más dentro de unos títulos pensados para el público infantil.
Desde que Mario aprendió a moverse por el mapa antes de seleccionar las fases, no lo ha abandonado, aunque el juego del que adoptó eso también tenía algo de lo más interesante que es el hecho de poder guardar objetos en paneles para equipárnoslos antes de entrar en los diferentes niveles en caso de querernos cambiar de traje o de evitar que nuestro Mario fuera pequeño. En esta ocasión, una vez más (ya que no es la primera que sucede) tenemos simplificado el sistema de guardar un solo objeto en recámara, y podremos sacarlo dentro de las mismas fases pulsando el botón adecuado para ello. Realmente una cosa no tendría que ver con la otra y en Nintendo podrían haber pensado en las dos posibilidades, especialmente al haberse incluido las casetas desde las que conseguir objetos y que pueden llegar a soltar cuatro del tirón, cuando tan solo usaríamos dos, que serían el que nos ponemos por encima y el que dejamos listo para cuando estemos en un apuro o prefieramos cambiar por ejemplo las bolas de fuego al tanuki o, a la gran novedad, Mario gato.