Argumentalmente se nos presenta algo que va enriqueciéndose cada vez más y que empieza un poco confuso, con un niño mimado que jamás sale de su palacio porque parece ser que fue secuestrado hace siete años y que perdió sus recuerdos de la infancia en ese momento.
Más adelante, nos iremos empapando de la historia de los tres grandes reinos (Kimlasca-Lavandear, Malkuth y Daath), así como veremos que ni es oro todo lo que reluce pues no todos son lo que dicen ser y el mundo podría ser también de una manera distinta a la que se nos muestra, ni tampoco se está a salvo de los grupos sectarios o de la milicia, dependiendo del punto en que nos encontremos. Y es que, de hecho, tanto la religión (con una ciudad santa estilo El Vaticano) como los soldados, desempeñan un papel muy importante.
Algo que está muy bien, es la cantidad de extras con que cuenta el cartucho para que conozcamos más a fondo a los componentes del grupo según hagamos misiones secundarias además de las principales y, tampoco podemos olvidarnos de activar cada skit -o conversación grupal- que nos salte, porque suelen ser bastante interesantes e incluso a veces se comentan cosas que de otro modo nunca sabríamos.
El humor, a pesar de que todo sea bastante dramático, está muy vigente y no serán pocos los comentarios que nos harán esbozar sonrisas, sobre todo por parte de Jade que es un cachondo mental.