(Análisis) Terraria

Pronto encontramos una veta de plata. Sintiéndonos los seres más afortunados del universo empezamos a picarla despreocupadamente. Y entonces un chorro de agua cae sobre nosotros. Al parecer hemos escavado un pozo subterráneo y el agua se ha filtrado por el agujero que hemos hecho. No importa. La plata es la plata. Seguimos avanzando y nos damos cuenta de que el fondo de la cueva empieza a cambiar de color, así como la tierra de las paredes, repleta de enredaderas. Al parecer hemos encontrado una jungla subterránea.

Dudamos si dar el paso o no, siendo que aún no estamos lo suficientemente bien pertrechados, pero entonces vemos que un poco más allá hay una nueva veta, y por el color sólo puede ser de… oro. Tentados por el vil metal nos arriesgamos y nos adentramos en la jungla hasta llegar a él. Empezamos a escavar pero pronto se ve truncada nuestra felicidad. Varios monstruos han visto nuestra internada en la jungla. Entre ellos varios esqueletos a los que intentamos enfrentarnos con nuestra espada hasta que caemos muertos.

Resoplando reaparecemos en nuestra cueva. Por primera vez nos parece que es como esos bares que visitamos los sabados por la noche: un antro.

Así pues, nos ponemos a trabajar, dispuestos a aprovechar los materiales conseguidos en
nuestras internadas subterráneas. Hacemos más bloques de piedra, paredes de madera, antorchas, lingotes… Con la tela de araña hacemos seda,  seda que emplearemos junto con la madera para hacer una cama. Además de eso construimos varias mesas y sillas. Con la arena fabricamos cristal, y con el cristal hacemos frascos. Salimos a la superficie. Picamos la tierra hasta dejar una zona despejada y empezamos a colocar bloques de piedra. Un suelo, paredes… puertas… Antes de darnos cuenta tenemos preparadas 4 pequeñas habitaciones y una un poco más grande. En la grande ponemos nuestra cama y hacemos click derecho sobre ella. Ahora nuestro punto de resurrección será ese. Colocamos mesas, sillas, puntos de luz… eso empieza a tener mejor forma.  Sobre una de las mesas colocamos un frasco de cristal vacío, convirtiéndola en un puesto de alquimia. Ahora, gracias a él, podemos utilizar las setas para hacer pociones curativas. La próxima vez que vayamos de aventuras les daremos para el pelo a esos esqueletos.