En este juego tendremos que avanzar a base de saltos semiautomáticos y combates contra los enemigos para, de vez en cuando, enfrentarnos a un malo final y conseguir un nuevo pedazo de disco de Abraxas, que es la clave de todo lo que sucede.
Podremos correr por la pared, impulsarnos en cápsulas para que nuestros saltos sean más largos, encadenar los brincos y evolucionar nuestro personaje en cuanto a combos y salud como si de una subida de nivel pequeña en un rpg estuviéramos hablando, aunque hay bastante limitación y terminaremos realizando siempre los mismos ataques por la falta de variedad.
Y precisamente, hablando de evolución en nuestro personaje, si nos metemos dentro del modo online, ganaremos puntos de experiencia que después tendremos en nuestra partida de fuera de la red.
Pero si algo es achacable en este juego es su control poco pulido y su cámara que no está bien implementada del todo, con lo que, al fallarnos esos dos elementos tan cruciales en un videojuego en 3D, no podemos más que desesperarnos en algunos momentos por tener que repetir partes de nuestra aventura, en especial en lo que se refiera a las fases de motos que son algo escasas en la aventura, pero lo principal en multijugador.
Una respuesta a “(Análisis) TRON Evolution”