(Análisis) Vampire Crystals

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Ahora que la Wii ya va quedándose en un segundo plano con el lanzamiento de Wii U, aunque con posibilidad de jugar a la anterior consola de Nintendo desde ésta tanto a los juegos digitales como a los que están en formato físico, ha llegado Vampire Crystals, un juego desarrollado por el estudio valenciano Shanblue.

Vampire Crystals es un shooter arcade en tres dimensiones que ya pudimos probar la pasada primavera, entrevistando incluso después al director del proyecto, como ya pudistéis leer unos cuantos. A pesar de que este título es español al 100%, tiene una estética muy manga, destila amor japonés por todos sus poros, o al menos a nosotros nos lo ha parecido siempre y no hay quien nos saque de ahí: ¿vampiresas sexis de enormes pechos o guaperas chulescos matando zombies? Varios estaréis ya diciendo un «quiero», así que os adelantaremos desde ya, que no tengáis miedo en ir a por ello, son 1000 puntos (10 euros) bien invertidos, especialmente si tenéis mandos clásicos por casa y amigos con los que jugar.

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Confiando la salvación del mundo a los vampiros.

El mundo, o lo que queda de él, está infestado de zombies y tendremos que ir por distintas localizaciones con un vampiro (o vampiresa) para acabar con ellos y asegurarnos nuestra supervivencia, porque de todos es sabido que los vampiros y los zombies son rivales, ya que a ambos les interesan los humanos y si estos se convierte en no-muertos se acabó el suministro energético de los familiares de Drácula.

El juego está dividido en tres mundos con unas cuantas fases no demasiada largas con un jefe final de zona intentando evitar que sigamos adelante, estos jefes son de lo más  poderosos, pesaditos y tramposos que os podáis echar en cara y harán que, probablemente, os toque tirar de un «continue» tras otro por muy bien que se os dieran las fases anteriores. El juego es exigente, y mucho, pero por vuestro bolsillo, os recomendamos no reventar el mando contra la pantalla.

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