Como diría Jack, el destripador, vamos por partes. Parte de la ausencia de velocidad y momentos de nervios por tener la pantalla llena de balas que esquivar, radica en que la nave vuela a trompicones y es muy difícil de controlar, razón por la cual apenas hay disparos en nuestra contra ni se quedan dando vueltas dentro de la esfera en la que nos encontramos como para desquiciar y es que eso aquí sería realmente lo menos importante.
Aquí lo que de verdad interesa saber es que dependiendo del botón al que pulsemos en nuestro mando de PS3 o PSP, lanzaremos un disparo de un color o de otro. Esos colores son los primarios de la luz más el amarillo, es decir, rojo, verde y azul o RGB si nos referimos a ellos por sus siglas inglesas tan utilizadas por ejemplo para cables.
Si tanta molestia hay con respecto a elegir qué disparo de color meter en cada vez es porque todas las circunferencias adheridas a los satélites tienen esos cuatro colores, cada una de ellas el que le corresponda y, como es de preveer, para reventarlas hay que darles un golpe justo con el color correspondiente. Teniendo así que disparar con «x» para soltar una bala azul que dé de lleno contra una circunferencia azul, que de ese modo se limpie, y seguir por ese derrotero con el resto hasta dejar el satélite limpio y dispararle, ya sí, de manera continuada sin preocuparnos en los colores.
