Y es que uno de los mayores cambios respecto al anterior, es la posibilidad de cambiar el ataque automático por uno manual, es decir, apretar una vez el botón de ataque y que el personaje vaya atacando a una velocidad predeterminada por las circunstancias, o atacar cada vez que pulsamos el botón de ataque. En cualquier caso, el ritmo que coge el juego es muy rápido. Además, las habilidades y los talentos de los personajes están al máximo, para luego volver a empezar desde cero.
Es la típica muestra de lo que puede llegar a ser el protagonista, pero que hay que empezar desde abajo, como ya ha pasado antes en juegos como God of War II o Castlevania: Symphony of the Night.
Con este nuevo sistema más dinámico, el personaje se moverá para alcanzar a los enemigos, y dependiendo de la distancia, actuará de una u otra forma. Como novedad también, el sistema de ataque de corta distancia si se lleva un arco, atacando ahora con un arma corta sin tener que cambiar el equipo.
Otro de los cambios más evidentes, es la incorporación de elementos de Mass Effect, como el menú radial al pausar el juego, o el esquema de las posibles respuestas a la hora de conversar. Además, han incluido dibujos para representar claramente la intención con la que se dice cada respuesta, para evitar confusiones entre diálogos hirientes, buenos, malvados, agresivos…
En cuanto a la progresión del juego, se mantienen los atributos, los talentos y los hechizos, pero desaparecen las habilidades generales. Sigue habiendo talentos y hechizos de tipo sostenido, activado o pasivo, y se añaden nuevas y variadas especializaciones además de las que aparecían en Origins.
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