Como ya comentó Yosuke Hayashi al presentarnos el juego, ahora hay diferentes modos de dificultad, estando accesible desde el principio un modo más sencillo para no pasar tantos estragos en superar según qué fases o por si queremos complicarnos la vida, además, en cualquier momento podremos volver a cambiar la dificultad desde dentro de nuestra partida.
En la historia, que es mucho más importante que nunca, veremos por primera vez la cara de Ryu Hayabusa al descubierto, mostrándosenos así que dentro hay una persona con sus inquietudes y capaz de sufrir o sentir algo al matar a otras personas. No puede quedarse impasible ante los diferentes asesinatos que lleva a cabo, por más que no le quede otra. Es una cuestión de supervivencia, pero a cada muerte, se abre un abanico de consecuencias que se ve, de manera gráfica, en cómo su brazo maldito adquiere poder como cegándole y llenándole de ira por unos instantes en los que es capaz de aumentar su velocidad y fuerza hasta límites insospechados.
En la fase que jugamos pudimos ver en acción a Ryu Hayabusa repartiendo estopa, destrozando máquinas molestas que le frenaban, planeando con elegancia, cubriéndose cuando era necesario… En resumen, pudimos ver a un auténtico ninja que es todo un profesional, demostrándonos su valía y carisma sin despeinarse; o lo que es lo mismo, tuvimos acción a raudales a una velocidad de vértigo y con una tanda de técnicas según presionamos los botones de ataque que quitan el hipo y, además, podemos activar o desactivar tanto el tutorial de QTE en cualquier momento, como el de visión de combos para intentarlos realizar todos y aprender hasta dónde puede llegar nuestro héroe oscuro, una figura bastante japonesa.
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