La serie Los Olvidados pretende recordar, mediante artículos con un carácter muy personal, aquellos juegos que en su momento no fueron objeto del aplauso de la crítica y el público y sin embargo conservan, a pesar de los años, un atractivo singular que los hace, siempre en mi opinión, merecedores de nuestro respeto, reverencia y reconocimiento, a menudo por encima de grandes “vacas sagradas” que han soportado mucho peor el paso del tiempo.
Es probable que a muchos de vosotros el nombre de Software Creations no os diga demasiado. No pasa nada, realmente a mí, echando un vistazo general a su obra, tampoco. Este sello británico tiene en su haber juegos bastante buenos, no me interpretéis mal, pero de entre todos ellos hay dos que, por su magistral factura en todos los aspectos, brillan tanto, que eclipsan a todos los demás. Uno es Plok, un magnífico y desafiante juego de plataformas que reseñó hace no mucho mi compañero de armas Álex Montoya. El otro es el juego que nos ocupa: Solstice.
Tu princesa está en otra mazmorra
Publicado entre 1990 y 1991 (dependiendo de la región del mercado de la que hablemos) en exclusiva para Nintendo Entertainment System / Family Computer, Solstice: The Quest for the Staff of Demnos es un magnífico juego de puzzle, aventura y pateo de mazmorra. Sí, “mazmorra” en singular, ya que, a diferencia de lo que ocurre en otros juegos similares, en Solstice nos perderemos por una única mazmorra inmensa, compuesta por 250 infernales habitaciones.
¿Y todo esto por qué? Simple: ocurre que de pronto somos Shadax, un mago delante de cuyas narices la princesa Eleanor de Arcadia ha sido raptada por Morbius, el supervillano megalómano destructor de mundos que nos mandó la empresa de externalización el otro día. El plan del tal Morbius es llevarse a la princesa a la Fortaleza de Kästleröck (sí, esa cara se me ha quedado a mí también) para sacrificarla en un altar la noche del solsticio de invierno, para así convertirse en el Barón de la Oscuridad. ¿Alguien ha entendido esta parte? Yo tampoco, no pasa nada. Esto es lo que pasa cuando las empresas de outsourcing venden villanos sobre perfil. El caso es que la única cosa en el mundo que puede detener al malvado Morbius es el Báculo de Demnos, un bastón mágico que se encuentra fragmentado en seis trozos, repartidos por seis salas recónditas en la propia Fortaleza de Kästleröck. Sí: malvados que se refugian en el mismo sitio en el que se guarda la única cosa que puede matarlos. Hazte fan. Ni que decir tengo cuál es nuestra misión en el juego, ¿no?
Aquí tenemos la que, al menos para mí, es otra prueba de que el argumento es un aspecto que, en el mundo de los videojuegos, se sobrevalora muy a menudo, y de que, a lo largo de la historia, ha habido grandísimos juegos con presupuestos argumentales de mierda. Y es que Solstice es un juegazo en muchos aspectos. Es una experiencia lúdica genial y extremadamente poco común en el mundo de las consolas, es un gran desafío y es también un valioso documento histórico sobre el medio, por las fuentes de las que bebe y las influencias que recoge. Precisamente en eso voy a intentar ahondar ahora mismo.
Primo, los pelos como escarpias!! PEDAZO DE POST DE LOS COJONES SE HA MARCADO, CABALLERO!!! Ahí, con dos pelotas. Me ha encantado. Snif, snif, si no fuera porque me haces sentirme viejo. Entre este y Equinox el recuerdo de Ultimate seguirá vivo…
@DarthKafka Muchas gracias, primo, es un honor, tanto elogio por tu parte. recuerda que en Game Boy también teníamos el Monster Maxx, de los mismísimos John Ritman y Bernie Drummond, y también con música de Tim Follin. Todo un dream team para un juego del tampoco se acuerda ni Diox. Una pena.
Hola Dani
Solo puedo decir que te ha quedado un artículo fantástico y, sin duda, tienes razón en que este juego capturaba toda la esencia de los clásicos Filmation de los ordenadores de 8 bits. Lo dicho, gran artículo
Un Saludo
Javi Ortiz
@JaviOrtizCarrascoLa verda es que Solstice tenía un control bastante más suave que aquellos primeros Filmation, o sus clones de Ocean, como el Watman… esto… Batman (no meto en el mismo saco The Great Scape, porque, aunque gráficamente se parecía, era un juego con un ritmo diferente y mucho más profundo), pero sí, el esquema de control y la mecánica de juego eran prácticamente la misma. Los consoleros tardamos mucho tiempo en averiguar a qué casta de juegos pertenecía Solstice, y muchos lo hemos sabido gracias a los fans de Spectrum y MSX como tú :P