¿Puedo pedir el comodín de la poción?
Como ya he dicho, todo el juego es una inmensa mazmorra compuesta por un total de 250 salas, entre las cuales se esconden los seis fragmentos del Báculo de Demnos, objetivo fundamental del juego. De hecho, nuestro avance en el juego se mide en el número de salas visitadas y en los pedazos de báculo recuperados, si bien es cierto que no es imprescindible recorrer todas las habitaciones para terminar el juego, objetivo éste que podemos considerar secundario, sólo para perfeccionistas.
Muchas de estas estancias están además planteadas como un puzzle que debemos resolver de una forma determinada, ya sea mediante el uso y reubicación de objetos, encontrar plataformas ocultas, sortear enemigos y un uso muy bien calculado de nuestro salto. La recompensa por la resolución de tales salas-puzzle será poder pasar a una sala contigua, superior o inferior, o poder conseguir un objeto útil, ya sea unas botas para saltar más alto y más lejos, una poción o incluso un trozo del báculo.
Sí, he dicho pociones. ¿Para qué? Pues nos permiten revelar de forma automática plataformas ocultas, hacernos invulnerables temporalmente, parar el tiempo y limpiar la sala de enemigos, lo que hará algo menos difícil nuestra peligrosa gymkana mazmorrera. Eso sí, su disponibilidad es limitada, así que conviene ser mesurados en su uso y estar muy seguros, antes de echar mano de ellas, de que no hay otra forma de avanzar, ya que de ellas depende por completo la resolución del rompecabezas de muchas salas de Kästleröck (espero no tener que escribir esta palabra muchas veces más).
Otro objeto de deseo de este juego son las vidas extra y los créditos. ¿Y qué pintan esos elementos en un dungeon crawler? Solstice es un juego que no dispone ni de opción de salvar partida, ni de un sistema de claves, lo que nos obligará a completar el juego del tirón, en una única sesión. Además, estamos ante un juego extremadamente letal, en el que cualquier contacto con los enemigos nos matará, salvo que estemos protegidos por la poción que nos hace invencibles (temporalmente, insisto), la cual, por cierto, no nos protegerá de ciertas trampas, como esos suelos cubiertos de pinchos, todo un clásico del puteo videojueguil. Que se lo cuenten a Megaman, por ejemplo.
Primo, los pelos como escarpias!! PEDAZO DE POST DE LOS COJONES SE HA MARCADO, CABALLERO!!! Ahí, con dos pelotas. Me ha encantado. Snif, snif, si no fuera porque me haces sentirme viejo. Entre este y Equinox el recuerdo de Ultimate seguirá vivo…
@DarthKafka Muchas gracias, primo, es un honor, tanto elogio por tu parte. recuerda que en Game Boy también teníamos el Monster Maxx, de los mismísimos John Ritman y Bernie Drummond, y también con música de Tim Follin. Todo un dream team para un juego del tampoco se acuerda ni Diox. Una pena.
Hola Dani
Solo puedo decir que te ha quedado un artículo fantástico y, sin duda, tienes razón en que este juego capturaba toda la esencia de los clásicos Filmation de los ordenadores de 8 bits. Lo dicho, gran artículo
Un Saludo
Javi Ortiz
@JaviOrtizCarrascoLa verda es que Solstice tenía un control bastante más suave que aquellos primeros Filmation, o sus clones de Ocean, como el Watman… esto… Batman (no meto en el mismo saco The Great Scape, porque, aunque gráficamente se parecía, era un juego con un ritmo diferente y mucho más profundo), pero sí, el esquema de control y la mecánica de juego eran prácticamente la misma. Los consoleros tardamos mucho tiempo en averiguar a qué casta de juegos pertenecía Solstice, y muchos lo hemos sabido gracias a los fans de Spectrum y MSX como tú :P