En plena era en la que hay zombies hasta en la sopa y en probablemente no tardemos en ver incluso a Winny the pooh peleando por un tarro de miel contra varios no muertos, Sega ya ha movido ficha más allá de sus House of the Dead y ha hecho que en Kamurocho, el barrio más famoso de la saga yakuza y tan amado por Kazuma Kyriu, está precisamente hasta los topes de infectados.
Con Yakuza Dead Souls, exclusivo de PlayStation 3 nos separamos de la saga principal para cambiar por completo el modo de juego con un spin off en el que, aun así, en cierto modo permaneces algunas de las cosas tan propias de los sandbox que tiene cada una de las entregas numeradas en su interior, más allá de su estructura rolera.
El juego, una vez que uno ya de percata de que es prescindible de la saga, es muy entretenido y es que igualmente se puede disfrutar para pegar tiros con los cuatro personajes a lo largo de cinco capítulos con cuatro partes cada uno de ellos (salvo por el último que no es más que un cierre) y en el que además hay ese sabor a Yakuza, aunque con unos toques de Resident Evil.
Si bien la trama es bastante tonta y sin explicación ninguna, más allá de que estamos ante un producto extra a la saga numerada para meternos en un «mata-mata» en el que también tendremos cierta exploración y misiones secundarias, pudiendo por ejemplo marcarnos unos bailes, dejarnos el dinero en las tragaperras, irnos de pesca, bañarnos en unas termas, tontear con señoritas de compañía, jugar al ping pong, comprobar cómo de cracks somos bateando con un bate de béisbol, meter unos cuantos hoyos en un campo de golf, apostar nuestras ganancias en el black jack o en la ruleta, hacer strikes en los bolos, ligotear mientras echamos unos dardos, o varios ejemplos más de cosas con las que entretenernos más allá de pegar tiros con diferentes armas.
Yakuza Dead Souls es un juego muy largo, con más posibilidades de las que al principio parece que vaya a tener, pero le cuesta arrancar. Bien pronto, con el primero de los personajes, se nos hablará de misiones secundarias y veremos varios locales interesantes por Kamurocho en los que nos gustaría pasar tiempo tonteando con mujeres o sacando muñecos de la expendedora, pero un poco en plan puteo, no podremos hacer nada hasta pasada un buen rato y es que cada vez que intentemos salirnos de nuestra ruta, nos encontraremos con calles cortadas o con compañeros pesados que nos indican que el camino a seguir, es decir, por donde se continúa con la historia, no está por ahí y que nos demos prisa, prohibiéndosenos así la ansiada libertad hasta que ya cuando la alcanzamos, al principio seremos como un gorrión criado en casa que no sabe ni mover las alas por haberse visto recluido, pero después seremos un ave migratoria que no para quieta.
Buen comentario para un juego que es… un tanto extraño de comentar.
Personalmente, creo que es un juego que gustará a los que sepan donde se meten. Si son fans de la saga y saben que se van a encontrar con un spin off en vez de con una entrega «seria», y si no la conocen, un juego de tiros con cosas que normalmente no se encuentran en el genero, con las misioncitas y actividades secundarias. El problema es que te esperes un Yakuza o un juego de tiros tradicional, y no te des cuanta de que pretende ser un giro de tuerca-experimento extraño… extraño pero entretenido, que demonios :P