Gracias a la demo que ha lanzado SEGA hoy mismo, hemos podido probar Fist of the North Star: Lost Paradise. El título está basado en el popular manga Fist of the North Star (北斗の拳, Hokuto no Ken, El puño de la estrella del norte) publicado en los 80 en la revista semanal Shonen Jump.
El manga (escrito por Buronson e ilustrado por Tetsuo Hara) nos relataba la historia de Kenshiro, un hombre dispuesto a ayudar a los más necesitados, a los supervivientes de un mundo devastado donde apenas queda agua.
En el juego se ha tomado esa premisa, aunque tenemos otra historia completamente diferente y, para que no se haga aburrido, nos encontramos con un oasis en medio de un páramo desértico.
En la obra original había multitud de combates. Aquí, en este título desarrollado por el equipo de la serie Yakuza no iba a ser menos. Precisamente el que estén detrás los padres de Kazuma Kiryu se nota en el estilo de juego desde que se entra en la primera de las dos partes que ofrece la demo: una batalla contra Shin. Antes de enfrentarnos a ese personaje tan carismático —como recordarán quienes leyeran el cómic o vieran la serie de animación— tendremos que pelearnos con malos aleatorios. Es la excusa perfecta para aprender los controles y que se nos expliquen los movimientos especiales del protagonista. Así nos daremos cuenta de que si venimos de Yakuza no hay nada que temer, que los «burst» de Kiryu son prácticamente los ataques especiales del estilo Hokuto Shinken, por lo menos en cuanto a espectacularidad, aunque se ejecuten de manera diferente e incluso tengamos secuencias de QTE según la técnica que hayamos activado.
Los combates son fluidos y Kenshiro se mueve exactamente con su estilo característico de puñetazos y patadas con total fidelidad. Por supuesto no faltan los puntos de presión que hacen que los rivales lleguen a deformarse y explotar, seguramente habiendo recibido el mensaje previo «tú ya estás muerto» o como lo escucharemos en el audio, al estar en inglés y japonés (you are already dead, omae wa mou shindeiru). Como es habitual, no seremos todopoderosos de primeras, sino que iremos desbloqueando habilidades y fuerza dedicándole tiempo. En la demo ya hemos podido ver una pequeña muestra de ello al obtener un orbe que añadir para mejorar al personaje. Por lo pronto sabemos que eso estará dividido en cuatro categorías, marcada cada una de un color: habilidades, cuerpo, mente y destino.
La segunda parte de la demo, separada directamente desde un menú principal, nos lleva a una misión secundaria. Al igual que en Yakuza, podremos realizar misiones adicionales fuera de la historia, simplemente por diversión. La que hemos hecho nosotros es sobre ayudar a Bat para así hacernos con un buggy. Una vez visitados varios lugares y tras haber echado una mano a alguien, hemos podido reparar el buggy, darle una alegría al muchacho y, de paso dar por finalizado aquello que SEGA nos quería mostrar.
El tener que ayudar al joven Bat ha sido la excusa perfecta para echar un vistazo por el Eden y «The Wasteland». El contraste entre ambos es inmenso. Quizás no lo parece tanto viendo que el terreno de allí también es desértico o que las casas parece que se vayan a caer a poco que haya una tormenta. Sin embargo al entrar dentro de los pocos sitios que nos dejan en la versión de prueba, ya vemos que realmente hay una gran diferencia, tal como prometía la compañía en sus vídeos y la información que había compartido con nosotros.
Al dar vueltas por ahí podemos encontrarnos con enemigos a los que podemos intentar ignorar yendo por otro camino, o reventar y proseguir con lo nuestro. Durante el recorrido por libre hemos podido realizar compras en el mercado. Igualmente hemos divisado carteles varios de cosas que tendremos disponibles en la versión final. Ahí entran el Coliseo, el sistema de trabajar de Cazarrecompensas, el currar como barman preparando cócteles o ser el gerente de un club de cabaret. Una vez más se nota quién está detrás de todo esto.
Como cierre, puesto que habíamos reparado el buggy, lo hemos probado un poco en una carrera de principiantes con el único circuito disponible. Se notaba que con este minijuego se nos pueden ir las horas muertas porque no sólo correremos contra otros, sino que podremos personalizar el vehículo gastando monedas propias que se consiguen precisamente compitiendo.
Al contrario que en otras ocasiones, no hay un archivo de guardado que nos valga para nuestra partida final. Sin embargo habrá un pequeño obsequio para todos los que se aventuren a bajarla: un tema de PS4.
Fist of the North Star: Lost Paradise apunta muy alto. Queda menos de un mes para que podamos desatar el poder de la constelación de siete estrellas de Kenshiro de manera repetida. Por ahora, gritemos ATATATATA.
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