Algo que es una gran novedad y que nunca se había visto en ningún Final Fantasy, pero sí por ejemplo en una saga que hasta hace algunos años era su rival más directa -Dragon Quest- es que podremos manejar monstruos para que luchen codo con codo con Serah y Noel. A veces, conseguiremos cristales con bichos dentro de ellos como Cait Sith o chocobos y después podremos invocarlos como tercer compañero. Además, cada uno de ellos tiene un ataque especial propio que se saca a base de QTE y que puede darnos una pequeña ventaja.
Por supuesto, podemos tener activado un rol de lucha física, de ataques mágicos, de cura, de apoyo… como ya vimos en el anterio título. E incluso el sistema de romperle la barrera a un enemigo para después darle de tortas mucho más con su multiplicador de daño por las nubes sigue estando vigente, como pudimos ver contra uno de los primeros jefes finales con que nos enfrentaremos, Titán.
Kitase comentó también que han procurado que el juego tenga una gran carga narrativa, más que Final Fantasy XIII y para ello han incluido los viajes en el tiempo, para que podamos cambiar cosas en la historia que la hagan diferente si quieres explorar más y, junto con eso, sabemos también que habrá diferentes finales, aunque no cuántos.
Como hubo muchas quejas con FFXIII sobre si era pasillero, no dejaba que explorásemos apenas nada, no había apenas NPC (personajes de relleno con los que hablar o que te cuenten cosas) ni tampoco había ciudades ni tiendas (la compra-venta era en los puntos de guardado). Y aunque todo estuviera respaldado por la propia historia, en la que se veía al grupo huyendo por zonas que no estuvieran a la vista, razón por la que no tuvieran contacto con el exterior, precisamente ahora han escuchado al público y en ese sentido es muy abierto, pero también porque la nueva historia está creada para que se preste a ello.