La semana pasada estuvimos en las oficinas de Koch Media probando Hitman: Absolution en un nuevo nivel que nada tenía que ver con el de la biblioteca que se nos había mostrado meses atrás y en el que no se veía que hubiera demasiadas formas de ir por libre para salir con vida realizando diferentes tipos de acciones y además, en aquel momento la IA estaba demasiado torpe, lo cual le restaba puntos, pero tras haber estado en China Town con el Agente 47 y ver cómo se comporta ahora la gente de nuestro alrededor, ya damos por supuesto que los errores que localizamos en su día en la anterior pantalla han sido solventados en una gran medida, al menos.
Como decíamos, esta vez la acción transcurre en China Town, donde tendremos que mezclarnos entre la gente sin que nadie sospeche nada sobre nuestras intenciones, por lo que tendremos que aparentar ser un ciudadano más que dé la sensación de estar interesado simplemente en pasear y quizás comer algo en los diferentes puestos callejeros, de modo que no podremos dejarnos ver demasiado por la policía y mucho menos equivocarnos de controles y sacar un arma a la vista, o estaremos perdidos.
Nuestra misión será la de matar al Rey de China Town y desaparecer sin dejar ni rastro. Para ello, podremos tomar diferentes vías y, al igual que pasaba en el extra de reserva del juego (Hitman: Sniper Challenge) iremos completando desafíos con algunas de las posibilidades que van desde matarlo a las primeras de cambio sin ser descubiertos y huir teniendo una mano para ello impresionante o yendo más a lo seguro y tirando por matar a otras cuantas pobres almas antes como por ejemplo a un policía, a un cocinero o a su camello, para disfrazarnos de ellos y así tenerlo algo más fácil a la hora de decidir si pegarle un tiro en la sien u optar por otras tantas formas igual de efectivas de cumplir con nuestro objetivo.
El sigilo y la paciencia serán nuestros mayores aliados y es que más no vale no cometer ni un solo error, porque si por ejemplo dejamos un cuerpo a la vista, nos cruzamos por delante del rey o sin querer desenfundamos la pistola en medio de la multitud, nuestro agente terminará criando malvas y nos tocará empezar de nuevo.
La fase es bastante cortita y da lugar a ser muy imaginativos para trazarnos de una manera bastante variada unas cuantas maneras de llegar a un mismo resultado, desde distintos caminos. Esto es así para quien quiera rejugarlo y no hacer siempre lo mismo, darnos además sensación de libertad y sobre todo para que nos demos cuenta de que no hay una sola solución posible, pero que optemos por lo que optemos, tendremos que ir con pies de plomo.
El próximo mes de noviembre descubriremos también si la historia es interesante, porque de momento en jugabilidad cumple bien, o al menos este nivel tenía su chicha.
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