(Análisis) Dark Souls

En 2009 Atlus USA lanzó Demon’s Souls en Norteamérica y para sorpresa de muchos, incluido Sony Computer Entertainment, fue acogido de una manera impresionante tanto por la crítica como por el público. Al año siguiente Namco Bandai distribuyó el título desarrollado por From Software en Europa cosechando también abundante éxito a pesar de llegar un año tarde en comparación con la edición japonesa. Más tarde, en el TGS de ese mismo año, Namco Bandai junto con From Software anuncian Dark Souls, un RPG claramente inspirado en Demon’s Souls y que nadie duda en calificar de secuela espiritual de éste.

Demon’s Souls se caracterizó en su momento por tener una gran dificultad y un componente online muy bien integrado más que por una gran historia y Dark Souls recoge la esencia de éste mejorándolo técnicamente y dotando al juego de una historia pero que sigue estando en un segundo plano.

Dragones y mazmorras.

En Dark Souls volvemos a un mundo de fantasía donde nos encontraremos con todo tipo de demonios y animales mitológicos y sobre todo huecos (no muertos que han perdido todo rastro de humanidad). Todo ello en el entorno de una fortaleza semiderruida.

Nuestra misión es hacernos fuertes y explorar toda esta fortaleza para ganar la gracia de los dioses. Como se puede observar el juego recupera todos los tópicos del rol fantástico que, a pesar de haberlos visto mil y una veces, siguen gustando y llamando la atención.

En esta ocasión nos encarnaremos en un no muerto que debe salir de su prisión y convertirse en el elegido, a partir de ahí seremos trasladados a nuestro destino donde solo nos queda explorar un vasto escenario, siempre atentos porque cualquier enemigo por muy débil que sea nos puede matar. De hecho la dificultad del juego radica en eso, hasta los primeros rivales, que nos encontraremos al principio del juego, pueden acabar con nosotros si no estamos atentos.

 Crea tu no-muerto.

También tenemos un sólido sistema de creación de personajes, donde podremos elegir entre diversas clases y además personalizar el aspecto del personaje como creamos conveniente. Después a medida que consigamos almas, en la hoguera, podremos subir de nivel potenciando las características que convengan a nuestro estilo de lucha y a la clase de nuestro personaje, algo presente en cualquier RPG y heredado directamente de los juegos de tradicionales.

Otra de las cosas que influirá en el aspecto de nuestro personaje es el equipo, donde además contamos con una gran cantidad de piezas que, además, podremos mejorar en la herrería.

Equípate a la última.

La moneda de cambio en el juego son las almas que podremos conseguir acabando con nuestro enemigo, con ellas podemos subir de nivel comprar nuevo equipo, munición, objetos y hechizos y, además, reparar nuestro equipo en el herrero. Todas las almas que llevemos con nosotros se podrán perder al morir, es cierto que podemos recuperarlas si llegamos de nuevo intactos al lugar donde las hemos perdido pero en muchas ocasiones es una misión casi imposible.

Como decimos podemos hacernos con equipo en las herrerías y las tiendas de objetos que nos encontraremos en nuestro periplo, pero las mejores armas y armaduras las encontraremos en los cadáveres que encontremos por el camino o las podremos obtener de nuestros enemigos al acabar con ellos. En todos los casos debemos tener suficiente nivel en nuestras características para poder manejar con soltura el equipo que llevemos encima.

Además en las herrerías y las fogatas podremos mejorar nuestro equipo para obtener mayor fuerza de ataque o defensa y también podremos repararlo. Una vez tenemos nuestro equipo mejorado al máximo también podemos ascenderlo en las herrerías para forjar equipo divino con propiedades mágicas y darle la posibilidad de ascenderlo todavía más.

 Recupera tu humanidad.

El otro elemento imprescindible del juego es la humanidad. Ésta nos hará resucitar como humanos o avivar hogueras para poder recuperar más pociones al descansar. Nos la encontraremos en algunos enemigos a los que nos enfrentemos o en algún que otro cadáver y será imprescindible para utilizar en elemento online del juego solicitando la ayuda de otros jugadores para que nos acompañen en nuestra aventura. Además con ella recuperaremos nuestro aspecto humano aunque, en realidad, con la mayoría de la equipación que podemos llevar casi no llegaremos a poder ver nuestra piel.

Como ya lo fue en Demon’s Souls, el aspecto online del juego es clave, en todo momento estaremos conectados (siempre y cuando nuestra consola tenga conexión a internet) y podremos ver los consejos que dejan otros jugadores por el escenario (de los cuales te puedes fiar o no), que muchas veces nos ayudarán en nuestra aventura, también nos podremos encontrar con marcas de invocación para traer a otro jugador a nuestro mundo y seguir la aventura en cooperativo, y otras veces invadirán nuestro mundo con la intención de acabar con nosotros y hacerse con nuestra humanidad, haciéndonos todavía más difícil llegar con vida a nuestro destino.

Un mundo decadente.

Uno de los aspectos más destacables de Dark Souls es la lograda ambientación en la que nos sumerge el juego. Entramos en un mundo apocalíptico donde todos somos no muertos y todo está comido por la ruina. Al introducirnos en este universo ayudan un diseño de localizaciones increíble. Es impresionante poder encaramarnos a lo alto de una torre y echar un vistazo a nuestro alrededor observando la grandiosidad de la fortaleza en un estado ruinoso, y todo acompañado de unos efectos sonoros que te dejan sobrecogido a la vez que nos ayudan a estar atentos a los posibles rivales que nos atacarán.

En el aspecto técnico podemos observar algunos errores, como bajadas de framerate en algunos momentos, que pueden acabar con tu vida en algunos momentos y hacer que nos desesperemos un poquito más, pero realmente son contados, aunque si deberían haber sido corregidos en su momento.

En definitiva Dark Souls recupera, como ya lo hizo Demon’s Souls, ciertos elementos de los juegos de rol más clásicos, con todos los elementos fantásticos que tanto nos maravillaban en los 80, y haciéndonos tomar con calma cada combate y batalla estudiando los movimientos y guardias de cada enemigo para poder afrontarlos con éxito. Haciendo de este modo el ritmo del juego y el combate mucho más pausado e interesante e introduciéndonos de una manera mucho mas profunda en el rol que interpretamos.

9,5

Conclusiones:

Con Dark Souls nos encontramos con un juego de rol que nos hará jugar a su ritmo y tomarnos en serio cada enemigo con el que nos encontremos. Además cuenta con un sistema online totalmente integrado y un aspecto artístico impresionante. Sin embargo, determinados errores técnicos y el tener la historia demasiado en segundo planto ensombrecen su calidad

10 Respuestas a “(Análisis) Dark Souls”

  1. Genial análisis.

    Me encanta la belleza artística del juego, así como su jugabilidad y dificultad. Espero que veamos más juegos de rol como Dark Souls y Demon’s Souls en el futuro :D

    1. Gracias.

      Yo creo que es un hecho que hacer juegos de este tipo es un éxito. Cuento con que sigan desarrollando en la misma linea y además mejoren todavía más la jugabilidad.

      Además al estar el juego hecho de esta manera te mantiene en tensión constante, sobre todo cuando luchas al filo de un precipicio. XD

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