(Análisis) Need for Speed: Most Wanted -by Criterion-

Need for Speed: Most Wanted salió hace unos años para PS2, pero ahora Criterion ha tomado ese juego, lo ha metido en su batidora y ha creado un juego arcade de coches de lo más competitivo en una ciudad abierta con atajos para ir a zonas ya descubiertas o a pruebas de todo tipo que estarán desbloqueadas según el vehículo en el que estemos montados y todo esto gracias a lo que ellos han denominado EasyDrive.

Lo primero que debemos repetir, pues ya estaba comentado en nuestras primeras impresiones, es que no es un Burnout, aunque parezca un nuevo Burnout Paradise un tanto cambiado, ya que este Need for Speed recuerda enormemente a esa saga de conducción de Criterion, pero estos han sabido también meterle todos los toques propios de lo que era Most Wanted, respetando el original y con un pequeño cambio de tuerca, como se nota desde que uno toma el volante para lanzarse desde dentro de los créditos de inicio por la carretera.

Como es ya habitual en los juegos de conducción de EA, no se ha quedado fuera el sistema de autolog, ése con el que quedan registrados los tiempos de nuestros amigos y con el que podemos mandarles también el nuestro incluso en mensajes privados para restregarles por el morro cómo les hemos batido su récord, por cuánto les distanciamos o lo bien que se nos da por ejemplo hacer trompos.

En este juego podremos hacer y estará bien visto y mejor puntuado, precisamente todo lo que en la vida real no nos atreveríamos a hacer por temor a perder la vida, hacérsela perder a otros o, directamente, porque hay locuras que no se le pasan a prácticamente nadie por la cabeza, como saltar por edificios, reventar carteles publicitarios o abrirse caminos por zonas valladas y sin asfaltar.

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