Como muchas invenciones a lo largo de la historia, el origen de los videojuegos nace de un conflicto bélico, concretamente de la Segunda Guerra Mundial.
El matemático británico llamado Alan Turing y el experto en computación estadounidense Claude Shannon trabajaron juntos descifrando los códigos secretos usados en los submarinos alemanes. Estos científicos dirigieron sus esfuerzos al campo de la Inteligencia Artificial y sus ideas ayudaron a establecer las bases de la moderna teoría de la computación. En 1948 Turing ya había escrito un programa de ajedrez, pero no pudo ser testeado hasta 1952 ya que no existía un ordenador con suficiente potencia para ejecutarlo.
Durante los años 50 aparecieron diversos juegos como la máquina Nimrod de John Bennet, un ordenador capaz de jugar al nim, o el tres en raya de Alexander Douglas que presentó en la University of Cambridge como tésis doctoral… pero lo más recalcable de la época fue un juego que simulaba un partido de tenis creado por William Higinbotham en 1958 con la ayuda del ingeniero Robert Dvorak. El juego se hizo usando un osciloscopio y circuitería de transistores. Tuvo un gran éxito entre todos los visitantes del laboratorio de Higinbotham, pero fue desmantelado en 1959 para usar los componentes en otros proyectos.
Y así, nos adentramos en los 60.
Wayne Witaenem y Martin Graetz, bajo el liderazgo de Steve Russell, desarrollaron Spacewar! en 1962. Este simulador de duelos espaciales para dos jugadores causó sensación entre los miembros del Massachussets Institute of Technology y numerosas copias fueron distribuidas, pero ni se patentó ni se planeó su comercialización ya que requería una plataforma de 120.000$. No obstante, en un futuro sería una de las ideas más copiadas en la historia de los videojuegos.
En 1966 un ingeniero alemán llamado Ralph H. Baer empezó a construir el prototipo de un aparato que permitía al espectador jugar con su televisor. Baer, junto con Bill Harrison y Bill Rusch, finalizaron un prototipo que incorporaba varios juegos en marzo de 1967 y lo bautizaron con el nombre de “Brown Box”. Esta máquina llamó la atención de Herbert Campman, director de investigación y desarrollo de la empresa donde trabajaba Baer como diseñador jefe, Sanders Associates. Por desgracia, no causó muy buena impresión al resto de altos cargos de la empresa y aunque Brown Box atrajo la atención de otra empresa llamada TelePrompter Corporation, tras unos meses de negociaciones no se llegó a ningún acuerdo.
A pesar de todo, Baer siguió intentándolo. En enero de 1968 consiguió su primera patente y siguió presentando Brown Box a distintas compañías. Los esfuerzos dieron su fruto con Magnavox, que firmó un acuerdo con Sanders Associates y se aprobó la fabricación del producto en marzo de 1971.
Por fin, en 1972 se presentó la nueva máquina a la prensa y a distribuidores bajo el nombre de Magnavox Odyssey.
Y aquí es dónde voy a hacer una pausa para hablar de lo que fue la primera videoconsola de la historia.
Empezando por la estética… los ojos se van directamente a los mandos.
En el cuerpo de la consola no hay nada que llame especialmente la atención exceptuando que los mandos se conectan por la parte de atrás… pero los mandos son algo bastante diferente a los que estamos acostumbrados.
Consiste en una “caja” de plástico de la cual emergen por los lados tres botones giratorios (uno a la derecha y dos a la izquierda) y un botón en la parte superior.
¿Te parece suficientemente raro el mando? Vamos a ver el resto de contenidos de la caja. Tenemos un manual de instrucciones, los cables para la corriente y conexión con el televisor, unos cartuchos…Espera…¿Cartas?¿Fichas?¿Dados?…¿Regalaban unos “juegos reunidos” con la consola? No, todo eso ES PARTE de los videojuegos de la consola.
Ok, ok, vayamos por partes. Supongamos que tenemos una Magnavox Odyssey en nuestras manos y queremos instalarla.
Cojamos el manual de instrucciones y empecemos a leer. Las primeras páginas te enseñan las partes de la consola e instrucciones básicas para ponerla en funcionamiento, como por ejemplo cómo conectar los mandos o dónde van las pilas… sí, pilas. Odyssey funcionaba con 6 pilas tipo C o con un adaptador de corriente, éste último se vendía por separado.
En fin, sigamos. Vamos leyendo y vamos haciendo, conseguimos conectar la consola a la televisión, hemos colocado bien los mandos, sintonizado el canal… y dejamos de leer. ¿Por qué? Pues simplemente porque estamos ansiosos por jugar. La consola está preparada, metemos un juego como por ejemplo el cartucho número 2, que es el de Ski, cojemos el mando, nos sentamos en el sofá y… Una pantalla completamente azul y un palo blanco como el del pong en medio de la pantalla… nada más.
¿Nos han timado? No, simplemente falta “instalar los gráficos”. En la caja de contenidos vemos que hay una especie de láminas de plástico semitransparente con dos diferentes tamaños, unas para televisiones de 18 pulgadas y otras para las de 23.
Efectivamente, estas láminas tienen que colocarse en la pantalla para que sean los “gráficos” del juego. Así pues, cogemos la lámina que pertenece al juego de Ski y la colocamos. Mantenerla en pantalla no es problema, la misma electricidad estática se ocupa de ello, pero… ¿Cómo sabe la consola cuando me salgo de la pista de Ski?
Muy sencillo, no lo sabe.
Es el JUGADOR el que tiene que imponerse esa regla. El programa no te impedirá atravesar la montaña en el juego de Ski, atravesar muebles jugando al gato y al ratón, invadir el campo contrario cuando juegas a tenis… Son todo reglas que se tienen que imponer los jugadores para un desarrollo correcto del juego.
Es decir, todos los juegos están programados de manera muy similar. Dos cursores los cuales podemos controlar haciendo desplazamientos horizontales y verticales con los botones giratorios de los mandos… ésta es la base de prácticamente todos los juegos de Odyssey. Pequeñas modificaciones como pelotas o que uno de los cursores pudiera disparar era lo único que diferenciaba un cartucho de otro. Llevar el recuento de los puntos en el tenis, ser legal y no salirse de los límites del “tablero” que hemos colocado en pantalla, el recuento del tiempo…
De todo eso se tenían que encargar los jugadores. Por eso hay un “How to play” en las instrucciones de Odyssey explicando todas las reglas para cada juego, cómo se debe jugar y los preparativos que se tienen que llevar a cabo para jugar a ese juego. En efecto, preparativos. ¿Recuerdas todas las cartas, dados, tableros, fichas, etc. que contenía la caja de la consola? Son complementos necesarios para poder jugar.
Por ejemplo, en el juego de “Simon says” es necesario un mazo de cartas que viene incluido en la caja de la consola. Se coloca la lámina en la pantalla y ambos jugadores colocan sus cursores sobre el cuadrado que hay sobre cada uno de los personajes dibujados en dicha lámina. Después, un tercero levanta una carta del mazo y anuncia la parte del cuerpo que aparece en la carta. Los jugadores tienen que colocar su cursor encima de esa parte del cuerpo antes que el otro para ganar un punto.
Aparte de esta manera tan peculiar de jugar, lanzaron un complemento para Odyssey llamado Shooting Gallery. La caja contenía un rifle de plástico, dos cartuchos, varias láminas y todos los componentes necesarios para conectar dicho rifle.
Estos nuevos componentes te permitían jugar a una muy primitiva galería de tiro, que consistía en disparar a cuadrados blancos que iban apareciendo por la pantalla. Otra vez, la consola no sabe si le estás dando realmente al cuadrado blanco de la pantalla o a cualquier otra fuente de luz, con lo que es muy facil hacer trampa simplemente apuntando a cualquier lámpara de la habitación que emitiera luz blanca.
Magnavox Odyssey fue un gran paso en la historia de los videojuegos. A pesar de ser una tecnología muy precaria y con juegos muy simples, fue la primera en transformar la televisión de casa en una cosa con la que poder jugar. En efecto, los juegos no eran para nada programas complicados y realmente el nivel de satisfacción que te podían inducir los juegos radicaba totalmente en la actitud de los usuarios a la hora de jugar, pero es como jugar a la oca y contar las casillas que te apetezca, no hay nada que te impida hacerlo, pero rompes totalmente la “magia” del juego y seguramente tus contrincantes te envíen a freír espárragos.
Y hasta aquí por hoy. En el siguiente post hablaremos del nacimiento de las recreativas y con ello, del videojuego Pong y de la mítica Atari.
Link de descarga del manual de instrucciones de Magnavox Odyssey (Inglés):
Manual Magnavox Odyssey
Una respuesta a “[Rincón Retro] Historia de los Videojuegos I: Inicios y Magnavox Odyssey”