Desde que a Konami se le fue la gente que hacía los Silent Hill y piden a otros estudios que les continúen con la serie, y sin narices de momento a volver a sacar otro numerado, nos hemos encontrado con pequeñas decepciones, siendo el que mejor se salvaba de la quema Downpour del que pudimos hablaros en este mismo año.
Sin embargo, la entrada de esta saga en PS Vita a cargo de WayForward no podía ser más desesperanzadora al encontrarnos con un juego que de Silent Hill tiene únicamente el nombre y que no se parece a los demás en nada, para empezar porque no es ni tan siquiera un survival horror ni intenta serlo, sino que tenemos una especie de rpg dungeon crawler aventurero en tercera persona y en el que además se ha metido un modo de multijugador para matar a los bichos en compañía. Parece una broma, pero no lo es, es un spin off que a nadie -salvo probablemente a los desarrolladores- se le hubiera ocurrido antes.
Con un personaje creado por nosotros mismos que recibe un misterioso libro el día de su cumpleaños con el que puede cambiar los transcursos del mundo al manejar líneas temporales gracias a él, sin darse ni mucha cuenta de por qué ni cómo funciona todo esto, y con pocas semejanzas con Silent Hill más allá de algún que otro guiño y en el que ni siquiera está la densa niebla, nos metemos dentro de una aventura guiada en base a capítulos cortos del libro que termina resolviéndose de igual manera y que, especialmente molestarán a los que buscasen un Silent Hill «de verdad» con sus sustos, su historia, sus puzles, su falta de visibilidad… vamos, esas cosas que lo hacen característico, o hacían, mejor dicho.