En la historia seremos Yuuto, un chico cuyos padres murieron y fue adoptado por otra familia, empezando justo el juego en el que él dice que ha perdido a sus padres por segunda vez y que solo le queda su hermana adoptiva, que es lo que más quiere en el mundo y tiene miedo de ser gafe y que por ello, ésta muera, así que se pone a rezar y una misteriosa voz se mete en su cabeza y promete ayudarle si él a cambio también lo hace.
Tras unos días ordinarios en el colegio para ir conociendo al personaje que manejamos y desde el que «hablamos», apareceremos en un mundo diferente al nuestro, uno de fantasía con seres mágicos y espíritus que luchan no se sabe muy bien por qué. Y, aun así, nos veremos envueltos en todo ello tanto si queremos como si no. A partir de ahí, además, es cuando empezará nuestra andadura que será un viaje de unas cincuenta horas con nueve finales diferentes y 21 personajes con los que jugar.
En los combates tendremos que ir conquistando zonas y poniendo diferentes habilidades a nuestros personajes para cuando estén atacando, defendiendo o realizando magia, no hagan lo que no queremos. Cada uno de estos personajes es afín a algo, siempre y cuando sea un espíritu, de otro modo, no tendrá una magia elemental que le vaya bien en especial.
Siempre teniendo en cuenta que nuestros grupos como mucho pueden ser de tres personajes y que cada personaje tiene un único papel, deberemos ir moviéndonos por el mapa conquistado territorios rivales sin que ellos nos maten o quiten nuestro territorio. Fácil de decir, no tanto de hacer.
Una respuesta a “(Análisis) Aselia the eternal”