Mezclando géneros.
Cave Story se ha ganado su reconocimiento por méritos propios. Todo destaca en él y se nota el enorme amor que le profesaba Píxel a este proyecto que decidió hacer como fin de carrera. De no haberse volcado de esta manera, ahora mismo no tendríamos a tanta gente enamorada de los mimiga, del viajero sin recuerdos y de su sistema de juego donde se mezclan varios géneros.
Lo que a simple vista, si solamente te enseñan el típico vídeo o unas capturas de pantalla, parece un juego de plataformas con toques de shooter, pero sin ser nunca del tipo run ‘n gun, termina siendo un juego de aventuras con muchos saltos, sí. Incluso con disparos, pero también con muchos puzles e incluso con armas que suben de nivel modificándose así su utilidad y yéndonos todo a mejor -y aquí es donde tenemos el aspecto rolero-.
Daisuke cogió una coctelera, metió todo lo que le apeteció dentro en sus dosis justas y consiguió así un producto final que tiene un poco de todo y que además destaca en ello de una manera asombrosa, como no todo el mundo sabría hacer. Es más, como a casi nadie se le atrevería ni le funcionaría porque erraría en algún punto y ya tendríamos algo completamente diferente.
Y si algo tiene de especial -entre otras muchas cosas- es que es bastante desafiante aunque no tienes nunca un tiempo límite para hacer nada y puedes tomarte tu tiempo en cada zona. Además, el sistema de recompensas por alcanzar zonas un poco ocultas o de difícil acceso para tener más puntos de vida o el utilizado para potenciar nuestras armas con gemas que sueltan los propios enemigos para subirnos así el nivel, están muy bien pensados porque son ya un añadido más a tener en cuenta.
Una respuesta a “(Análisis) Cave Story 3D”