El género de los JRPGs ha generado muchos títulos de culto pero, sin lugar a dudas, uno de los más peculiares es EarthBound. Lanzado para SNES a mediados de los 90, pasó prácticamente desapercibido en EE.UU. (en Europa ni siquiera vio la luz) a pesar de su original ambientación en el presente, huyendo de la habitual fantasía medieval, y descacharrante humor, convirtiéndose en un juego lleno de personalidad. A falta de que la franquicia regrese tras su última entrega para GBA en 2006, hoy podemos disfrutar de un título que abraza su legado sin complejos.
Citizens of Earth está desarrollado por Eden Industries, un joven estudio canadiense que fracasó en su primer intento por financiar el juego en Kickstarter en otoño de 2013, alcanzando únicamente casi 37.000 dólares de los 100.000 que tenían como objetivo. Aún así, siguieron adelante con el desarrollo y acabaron atrayendo la atención de Atlus, que decidió respaldar económicamente el proyecto además de ejercer como distribuidora. De esta forma, el juego salió a la venta el pasado 20 de enero para PS4, PS Vita, Wii U, 3DS y Steam.
La historia comienza, como bien marcan los cánones del JRPG, con nuestro protagonista siendo despertado de su sueño por su madre en la calidez de su habitación. Sin embargo, en esta ocasión no encarnamos a un chaval con ansias de convertirse en el héroe de un mundo de fantasía medieval sino al mismísimo Vicepresidente de la Tierra en una ciudad simular a las que existen hoy en día. Dedicado en cuerpo y alma a su carrera política, que en ocasiones incluso coincide con el bienestar de los ciudadanos a los que gobierna, el día comienza un poco ajetreado debido a una manifestación que se está celebrando delante de su casa. Ese será el comienzo de un delirante viaje para salvar el mundo de una amenaza de lo más peculiar.
El juego apuesta totalmente por un humor agradable, blanco y, en ocasiones, de lo más absurdo, con una gran cantidad de referencias, guiños, homenajes, parodias, juegos de palabras y chistes más o menos exitosos. Realmente el argumento es muy nimio y ligero, sin ninguna pretensión más que el de entretener, provocar una sonrisa permanente mientras jugamos y arrancar alguna carcajada que otra, por lo que no existen tramas complejas ni giros sorprendentes sino una mera excusa para ir de un lugar a otro y encontrarnos con el siguiente recurso humorístico. Aún así, se nota que el tramo final es muy precipitado y las pocas cosas que hay que explicar se muestran de forma fugaz, acentuando algunos problemas de ritmo del guión. Además, los diálogos son ágiles y naturales, sin forzar el chascarrillo de rigor y consiguiendo un tono divertido y entrañable sin mucho esfuerzo, a lo que colabora la peculiar galería de personajes, que se recrean perfectamente en sacar partido de los diferentes clichés que los conforman aunque por momentos caigan en lugares comunes demasiado utilizados. Por suerte, nadie tendrá ningún obstáculo en disfrutar del guión gracias a una buena localización al castellano, adaptando correctamente la gran mayoría de chistes y gracietas.
Acentuando ese tono divertido y ocioso, el apartado gráfico en 2D es tremendamente colorido, con un marcado espíritu caricaturesco de dibujo animado que encaja perfectamente con el espíritu de Citizens of Earth. Mientras que el diseño de personajes tiene una gran personalidad y sabe insuflar una personalidad marcada y diferenciada a cada uno de ellos con trazos similares a los que podríamos encontrar en cualquier cómic, el de los enemigos es especialmente creativo, encontrándonos con ciervos-teléfono, osos de miel, manifestantes, hippies, tanques obesos y demás. Las animaciones son escasas pero cuidadas, como en la forma de andar de cada personaje, y todo se mueve con fluidez aunque es cierto que en ocasiones el apartado visual puede parecer algo estático y falto de vida. A esto contribuyen los escenarios, sencillos, repetitivos y algo genéricos, aunque presentan algunos efectos bastante bien realizados, como reflejos, charcos de agua y humo, así como el fondo psicodélico y el marco de los combates.
La banda sonora prolonga el espíritu del juego con canciones juguetonas y traviesas pero que saben volverse un poco más serias o trascendentales cuando toca lo que, sumado a los efectos sonoros, inciden en esa sensación de dibujos animados que nos transmite. El doblaje en inglés funciona bastante bien, con algunos papeles muy bien representados como el del propio Vicepresidente y su verborrea elegante pero hueca, que intenta aparentar que es mucho más inteligente de lo que realmente es. Las voces y efectos proliferan en combates, exploración de escenarios y subidas de nivel, por lo que ayuda a dar mayor viveza al juego.
Como ya hemos mencionado antes, Citizens of Earth está muy influenciado por EarthBound, algo que ya se puede apreciar con el apartado audiovisual, la ambientación, la historia y los diálogos, y que no cambia ni mucho menos en la jugabilidad. Este título es un regreso total a los JRPGs de mediados a los 90, una aproximación más directa y sencilla al género de lo que estamos acostumbrados últimamente. De esta manera, en primer lugar la exploración es algo vital para seguir adelante, con mapas de gran extensión y naturaleza laberíntica que esconden una buena cantidad de tesoros, enemigos a los que podemos ver deambular, personajes con los que hablar y trampas que evitar. No será raro que tengamos que dar muchas vueltas intentando encontrar el camino correcto pero, afortunadamente, contamos con un minimapa en pantalla que nos indica los diferentes objetivos disponibles, ya sean personajes, aventuras secundarias, objetos, adversarios o el siguiente paso de la misión principal. Eso no evita de todas formas que recorrer el mundo se haga tedioso en ocasiones, incluso tengamos algún medio de transporte a nuestra disposición, debido a que tendremos que ir y volver muchas veces por los mismos caminos, además de tener que salir por nuestro propio pie de las diferentes «mazmorras».
Las zonas a las que podemos acceder son numerosas y varias de ellas son totalmente opcionales, dándonos el juego bastante libertad para movernos por donde queramos y explorar a nuestro gusto o incluso otorgándonos la posibilidad de avanzar en la historia de diferentes maneras escogiendo completar unas tareas u otras. Uno de nuestros principales objetivos es, sin lugar a dudas, la de reclutar el mayor número de personajes posible, que nos seguirán en fila india si los tenemos en nuestro grupo activo. Tenemos 40 a nuestra disposición y debemos cumplir diferentes requisitos para que accedan a unirse a nosotros, desde completar alguna aventura secundaria a encontrar gatos perdidos, darles dinero o aprobar un examen.
Estos compañeros serán especialmente útiles debido a que cada uno de ellos tiene un talento propio que nos puede ayudar en la aventura o habilitar nuevas opciones en nuestra partida. Así, el Manitas puede abrir puertas atascadas, la Jardinera corta setos que nos obstruyen el camino, la Arquitecta construye puentes para acceder a nuevas zonas, el Vendedor de Coches nos deja utilizar su vehículo para movernos más rápido, el Vagabundo busca objetos en la basura, el Marinero nos permite viajar por el mar, la Piloto nos lleva volando a distintos destinos… Si bien algunos son bastante más interesantes que otros, añade un buen contenido opcional al juego que llega a facilitar mucho nuestra aventura, por lo que siempre tendremos un buen motivo para intentar cumplir sus peticiones y que nos sigan.
La importancia de estos reclutas no se limita a sus talentos sino que tienen un papel capital en los combates porque lucharán para nosotros. Como Vicepresidente de la Tierra que somos, no podemos exponernos a ser heridos y, desde luego, se nos da mucho mejor dar órdenes, por lo que tendremos que elegir a tres de nuestros compañeros para que peleen contra los enemigos. El sistema es bastante directo, como en los JRPGs de los 90, tanto en la estética (vista frontal de los enemigos mientras que en la parte inferior aparece la información de nuestro grupo) como en su mecánica por turnos. Sin embargo, en vez de mostrar los habituales comandos de Atacar, Magia o Defender, cada uno de los personajes tiene unos personalizados que encajan con su personalidad, con nuestra Madre echando la bronca a los enemigos, la Piloto haciendo piruetas, el Conspiranoico lanzando acusaciones o el Músico tocando la guitarra, por ejemplo. Este factor no es trivial pues los ataques y movimientos de cada personaje serán completamente diferentes a los de los otros, tanto por su efecto como por la naturaleza de los mismos.
Cada habilidad pertenece a una categoría específica que puede ser efectiva o inútil con respecto a otras, utilizando una versión con más variantes del tradicional sistema de piedra-papel-tijera, por lo que tenemos que estar bien atentos para explotar las debilidades de los enemigos y defender las de nuestros aliados. También debemos prestar atención a nuestros puntos de energía, que vienen a sustituir a los puntos de magia pero que, si bien se gastan con nuestras habilidades más potentes, se recargan o bien con objetos o bien utilizando nuestros ataques y movimientos más básicos. De esta manera, tendremos que equilibrar bien nuestros ataques para gastar y recuperar esos puntos en los momentos precisos, a la vez que configuramos un equipo efectivo contra los enemigos que nos enfrentemos. Esto obliga a que siempre estemos atentos a los combates haciendo malabares con los distintos factores a tener en cuenta, disfrutando de un sistema bastante ágil y complejo que podremos adaptar a nuestro estilo. Con los puntos de experiencia que ganemos aumentaremos el nivel de nuestros personajes, mejorando sus parámetros y talento, pudiendo ocurrir incluso en mitad de la pelea, lo que nos puede salvar la vida en muchas ocasiones aunque, si nos derrotan, volveremos al principio de la pantalla en la que nos encontremos, evitando frustrarnos por tener que recorrer de nuevo todo el camino, más teniendo la posibilidad de guardar la partida en cualquier momento. Como no podía ser de otra forma, también podemos equipar a nuestros personajes con diferentes objetos que cambiarán sus habilidades y parámetros.
La duración del juego si nos ceñimos a la historia principal ronda las 10 horas aunque pueden doblarse si nos entretenemos con todos los reclutamientos y las aventuras secundarias, ofreciendo una buena cantidad de contenido. Así mismo, la dificultad puede ajustarse en cualquier momento gracias a un personaje que podemos reclutar pero en su punto medio está bastante equilibrada, sin darnos todo mascado pero sin caer tampoco en lo frustrante. Sin embargo, el número de encuentros con el enemigo es bastante elevado, por lo que se puede volver tedioso por momentos aunque, si nuestro nivel es muy superior al de ellos, huirán de nosotros y podremos acabar con ellos si los golpeamos por detrás sin entrar en la pantalla de batalla.
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Conclusiones:
Citizens of Earth es un homenaje a los JRPGs de la primera mitad de los 90, especialmente en lo referente a EarthBound, del que bebe en muchas facetas, intentando autoproclamarse como sucesor espiritual de la obra de Nintendo. Si bien no alcanza la excelencia de aquél, cuenta con un apartado audiovisual colorido y atractivo acompañado por un sistema de juego lleno de contenido, exploración y un sistema de combate lleno de alternativas para todos aquellos que quieran rememorar el gusto de los juegos de rol de antaño, incluido el elevado número de peleas y el ritmo algo tedioso en ocasiones.
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