Moviéndonos entre las luces y las sombras.
Con Dawn tendremos unos poderes de lo más curiosos, aunque la mayoría de ellos los iremos descubriendo poco a poco según avancemos en el juego, ya que de primeras no se nos permitirán hacer algunas de las cosas que es capaz de hacer esta amiga imaginaria de Didi. Lo más destacable y en lo que se basa realmente el juego, es que tendremos que andar siempre realizando acciones entre las luces y las sombras, ya que la mayoría de veces para conseguir seguir adelante necesitaremos tirar de ingenio y colarnos por las luces mientras interactuamos con las sombras. Con esto, nos referimos a que por ejemplo nos fundamos con la pared y escalemos con las sombras que encontremos, para después volver a salir de la pared desde nuestro nuevo lugar alcanzado. Esto da muchísimo juego, pero el caso es que en realidad casi siempre todo se repetirá en mayor o menor medida, los pequeños puzles que hay continuamente no son nada desafiantes y lo más que puede pasarnos es que nos caigamos por calcular mal un salto y que tengamos que repetirlo.
Hay varias escenas que provocan una gran satisfacción si uno las encuentra y las juega, no son largas en absoluto, más bien son pequeños caramelitos a modo de extra, con los que conseguir ciertos fusibles o coleccionables (eso que puede alargar el juego y hacer que uno se comience la partida por segunda vez para explorarlo todo a tope), pero que verdaderamente merecen la pena. Activar un instrumento musical y que aparezca un foco que haga que unas sombras en la pared estén actuando y que nosotros podamos colarnos entre ellas para alcanzar algo con lo que ni contábamos es realmente divertido, como también lo es calcular los tiempos para abrir unas sombrillas y que con eso podamos aprovechar su sombra en el momento adecuado… desde luego, si se hubiera aprovechado más todo esto en lugar de simplemente tener puzles sencillotes y escenas bastante cortas plagadas de vídeo, el juego ganaría varios enteros, pero lamentablemente nos tiramos más tiempo escuchando conversaciones y viendo vídeos cinematográficos que jugando.
Puede que el juego sea algo corto, pues tenemos tan solo tres actos y en ninguno de ellos nos pasaremos realmente mucho tiempo debido a que ni hay misiones secundarias (más allá de los coleccionables en los que no nos demoraremos demasiado) ni tampoco es que haya que hacer demasiadas cosas en ningun lugar. Siempre estaremos dentro de la misma ciudad y sin demasiado esfuerzo nos abriremos camino de una zona a la siguiente, teniendo siempre entre medias esos vídeos de los que hablábamos. Contrast es un título con autoguardado y de hecho no existe la posibilidad de guardar de manera manual, el problema es que en ocasiones quizás tengamos que rehacer más parte del juego del que pensábamos al dejar la partida para después, pero en realidad volveremos por donde íbamos en un abrir y cerrar de ojos.
Si bien es cierto que, como comentábamos, siempre estaremos en la misma ciudad y que esta no es muy grande, podría ser que en ocasiones nos despistáramos un poco entre los callejones o que nos cayéramos por un balcón y quisiéramos volver al lugar donde estábamos y no nos acordemos del camino. En ese momento, seguramente nos sintamos algo molestos por no haber estado más atentos con el escenario ya que no contaremos con ningún tipo de mapa para ayudarnos a localizar los locales o lugares de interés dentro de la ciudad y es algo que se echa en falta porque no costaba nada que estuviera y que se abriera con cualquier botón o tecla que no tuviera otra función y, la verdad, es que son bastantes porque quitando el movimiento, el meterse dentro de la luz, los saltos, el de interactuar y el de embestida, poco más hay y, de hecho tampoco es necesario que tengamos más acciones porque llega de sobra y además ya al mezclarlo todo nos queda algo de lo más interesante en ocasiones.
Contrastes a ritmo de jazz.
El apartado gráfico de Contrast es de lo más llamativo y es lógico contando con que precisamente tenía que estar cuidado al menos en los diseños ya que lo que veamos en él no es simplemente un elemento decorativo en la mayoría de ocasiones, sino que de ello dependerán nuestras acciones. Esta vez lo de los gráficos va ligado en realidad al tema de la jugabilidad y de hecho no tenemos ninguna queja al respecto, ya que las técnicas de claroscuro, los colores escogidos y los diseños utilizados son de lo más acertados para que nos sintamos realmente los protagonistas de esta película de cine negro ya que, en realidad, con tantos vídeos y con su argumento, es lo que realmente seremos. Pero eso sí, a ritmo de jazz con una orquesta especializada en ese estilo musical y con la asombrosa voz de Laura Ellis que además de sorpredendernos con todas las canciones, es también la dobladora de Kat, la madre de la niña a la que ayudaremos. Y hablando del doblaje, el resto de personajes (Didi, Johny,Vincenzo, Salvio…) también tienen unas voces que pegan muchísimo con su personalidad y con su edad (o la que se les presupone), por lo que técnicamente Contrast cumple con lo esperado y por si alguien se preocupa por el idioma, sabed que está todo con subtítulos en castellano de una manera más que acertada.
7
Conclusiones:
Contrast es un título que tiene un apartado visual y sonoro que quitan el hipo. Su historia está como sacada de una película de cine negro y de hecho, es como si nosotros fuéramos los protagonistas de una más que de un juego, debido al gran número de vídeos que tendremos, teniendo la sensación de que estamos más tiempo viéndolos que colándonos por las paredes o saltando entre las sombras. Lástima que tres actos no demasiado extensos y que tienden a la repetición de puzles nada desafiantes, se antojen algo escasos, aunque queda un buen sabor de boca igualmente para los fans de los juegos de plataformeo y aventuras.
Una respuesta a “[Análisis] Contrast”