En todo momento tendremos a aquel que nos enseña la coreografía a la vista y de fondo un videoclip de aquella canción que estemos bailoteando, echándose en falta mucho la creatividad de concedérsenos unos segundos de gloria con un free style, para que hagamos los pasos que se nos pasen por la cabeza y si son más o menos chulos y encajan, que se nos puntúe en función de esto.
En SingStar está mucho mejor tomado todo lo de la imitación, ya que cuando nos poníamos un micrófono (o el Move haciendo como tal) y que se nos midan las palabras y tonalidades realmente notábamos como todo entraba en su momento y cómo de verdad los que mejor cantaban respecto a seguir el ritmo y entonar adecuadamente (no entramos en detalles de tener mejor voz) son los que más puntuación obtenían, pero en Dance Star Party Hits esto no va así ya no solo por el hecho de «engañar a la máquina», sino también porque va todo siempre con un poco de retardo de manera que tendremos que empezar a hacer todo después de que lo vaya haciendo el monitor ya que si nos anticipamos para ir a la vez, nos lo dará como bien, pero no como genial o perfecto.
El repertorio de canciones incluye a más de cuarenta artistas actuales discotequeros como Lady Gaga, Marta Sánchez, Selena Gómez & the Scene o David Bisbal, dejándose de lado un montón de estilos musicales al volcarse en lo que comunmente se conoce como pachangueo en pos de lo que más suele pedir la gente y de lo que va estando de moda. Los fans de la salsa, la música electrónica o el rock no tienen cabida en este juego por más social que haya querido hacerse al haber opciones para subir puntuaciones e imágenes en Facebook y Twitter, algo que cada vez va metiéndose más en los juegos para todos aquellos que quieran compartir con los demás qué tal se lo están pasando o cómo de bien o mal se les da algo como puede ser bailar delante de una pantalla y escogiendo qué canción toca a cada vez sin pedírsela a ningún DJ.
5,5
Conclusiones:
Dance Star Party Hits entretiene para veladas cortas en reuniones de amigos o familiares en las que uno quiera tener una pequeña fiesta o una tarde de bailoteo, pero la selección de canciones se deja muchos géneros musicales y, lo que es peor, al leer la cámara solo el dispositivo de movimiento que irá -por fuerza- cogido con el brazo derecho, mientras uno esté coordinado por ahí, da igual que el resto del cuerpo lo tenga más tieso que un palo, que se llevará más puntos que otro que igual se lo curre más y sus gestos y movimientos se acerquen más a los que se muestran en pantalla.