Lamentablemente, para un action RPG, 9 habilidades (más el ataque manual) se antojan pocas y simplifica el sistema de combate. Un sistema de combate muy fluido, sencillo y claramente orientado a la acción más que al rol, pudiendo incluso asemejarse a títulos del género de hack and slash, es decir, atacar y esquivar luchando contra grupos de enemigos. Cabe destacar el sistema de selección de blanco, que podría ser mejorable a la hora de elegir objetivos específicos, pero que generalmente no representa un problema importante. Lo mismo ocurre con la cámara, que al ser aérea neutraliza la posibilidad de atacar a enemigos muy distantes, ya que no aparecen en pantalla.
Por otro lado, cada personaje tiene más de 20 estadísticas distintas, un número demasiado alto para memorizar qué afecta cada una de ellas. Curiosamente, en los juegos de rol de acción el problema suele ser el contrario, un sistema de estadísticas demasiado simple y básico. De todos modos, muchas estadísticas son anecdóticas y con conocer por encima una docena de ellas es más que suficiente, además que el juego incluye un extenso menú de ayuda donde se explica para qué sirve cada una de ellas.
Como todo juego de rol que se precie, en Dungeon Siege III se puede escoger el transcurso de la historia en los diálogos e influir en lo que piensan del protagonista los demás personajes, y aunque ambas cosas influyen mínimamente en la trama, ayudan a disimular la linealidad del título.
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