Ensayo y error.
Aquí primero uno se la come, y luego ya si eso avanza o mira a hacerlo de otro modo, para zamparse otra nueva. Todo en Eryi’s está tan lleno de peligros que solo se pueden esquivar cuando uno no se los conoce, que uno puede aprovecharse de la frustración que ha tenido con el juego por hacerle sentir fatal al morir de tantas formas diferentes, que quizás después coja a un amigo por banda, se pase una fase de corrido (si la habilidad no falla, ojo) y le diga a su amigo: ahora tú.
Seguro que el amigo se preguntaba por qué se dejaba cosas atrás el que le ha hecho la demo o por qué hacía saltos «ridículos» donde «no había nada» o por qué no se metía por tinajas en las que se anunciaba a bombo y platillo que habría algo esperando. Así que ese amigo, terminará devorado por monstruos invisibles, agujereado como un queso gruyere por no saltar en según qué punto y perforado por todos los puntos vitales por meterse donde no debe, aunque haya una invitación tan cordial. Con esto no decimos que no haya que romper ningún tipo de bloque, saltar todo el rato como un memo, ni meterse por tinajas y sitios ocultos, pero de primeras, como decíamos, uno se las come todas y luego ya, si eso, las esquiva como buenamente puede.
No es que este juego sea difícil per se. Eryi’s Action no nos pide una habilidad especial ni que seamos los amos del teclado o del mando (recordad que es para Windows PC), pero lo que sí es difícil es avanzar con tanto as en la manga que se guardan sus simpáticos niveles, aunque uno ya empieza a sospechar cuando se encuentra ya desde el final de la fase uno con un clon del oso de la serie de animación Happy Tree Friends, que -por si no la conocéis- tiene animalitos monos que viven en el bosque y que siempre terminan muertos a cada capítulo de formas horribles y violentas, de modo que lo que le pueda pasar a Kenny de South Park es un chiste a su lado. Aquí en Eryi’s nos ahorramos los chorreones de sangre y no terminamos con la lengua arrancada de manera literal, ni nadie nos taladrará un ojo, pero hay varios malos tragos que es inevitable pasar y que ya desde la fase introductoria de fuera del mapa empezará a apuntar maneras, pero no será hasta más adelante que uno empezará a recitar cosas en arameo.
8
Conclusiones:
Con 12 fases, varios jefes finales y unas cuantas secuencias en las que usar el coco para que podamos dar por concluidos los niveles, así como con una recompensa final si conseguimos todas las gemas y con mucha diversión a pesar de palmar a cada rato, no nos queda otra que recomendaros comprar este atractivo juego en el que nunca tendréis un game-over por más que vuestro marcador de vidas vaya siendo más exageradamente horrible y humillante, pero lo que sí tendréis es una buena satisfacción personal si tenéis la paciencia de acabarlo y, además, podréis fardar de tener una rareza completada que muchos no sabrán ni que existe, pero para eso estáis vosotros.
Eryi's Action es el juego con más mala leche que hayamos visto nunca, así que no os recostéis nunca ni suspiréis aliviados, porque en los momentos más inesperados se encuentra uno las muertes más atroces o a los más voraces enemigos. Avisados estáis, luego no nos vengáis con cuentos.
Una respuesta a “[Análisis] Eryi’s Action”